A LARGE AND IMPRESSIVE LACQUERED WOOD FIGURE OF A NIO GUARDIAN

UNA GRAN E IMPRESIONANTE FIGURA DE MADERA LACADA DE UN GUARDIÁN NIO Japón, siglo XVIII, periodo Edo (1615-1868) Poderosamente modelada, de pie en una pose dinámica sobre una base de rocalla naturalista tallada por separado, el rostro evoca una expresión iracunda con cristal pintado al revés, gruesas cejas fruncidas, la boca abierta mostrando lengua y dientes. Lleva el pelo recogido en un moño alto y sujeto con un tocado en forma de joya. Lleva una falda fluida decorada con estilizados diseños de llamas y follajes, y su musculoso cuerpo está bien esculpido. ALTURA 72 cm Estado: Buen estado con desgaste, grietas esperadas de la edad, desconchados y pérdidas en la laca, algunos con retoques asociados, algunas mellas pequeñas, pérdidas menores y pocas reparaciones. Procedencia: Hotel des Chevau-Légers, 17 de enero de 1981, Versalles, lote 193. Colección privada francesa, adquirida a la anterior. Copias de la cubierta del catálogo, descripción y factura original del Hotel des Chevau-Légers acompañan este lote. Nio o Kongorikishi son dos iracundos y musculosos guardianes de Buda que se erigen hoy en día a la entrada de muchos templos budistas de Asia oriental en forma de temibles estatuas con aspecto de luchadores. Son manifestaciones dharmapala del bodhisattva Vajrapani, la deidad más antigua y poderosa del panteón budista Mahayana. Según la tradición japonesa, viajaron con Buda Gautama para protegerle. Dentro de la tradición generalmente pacifista del budismo, las historias de dharmapalas justificaban el uso de la fuerza física para proteger los valores y creencias más preciados contra el mal. Los nio también se consideran una manifestación de Mahasthamaprapta, el bodhisattva del poder que flanquea a Amitabha en el budismo de la Tierra Pura y como Vajrasattva en el budismo tibetano. Suelen ser un par de figuras que se sitúan bajo una puerta de entrada separada del templo, normalmente llamada Niomon en Japón. Guhyapada (japonés: Misshaku Kongo) es un símbolo de violencia manifiesta: empuña un mazo vajra y enseña los dientes. Su boca se representa con la forma necesaria para formar el sonido "ha" o "ah", por lo que también se le conoce como Agyo en Japón.