Null Las mujeres de Weinsberg llevan a sus maridos a un lugar seguro. S. XVII Ól…
Descripción

Las mujeres de Weinsberg llevan a sus maridos a un lugar seguro. s. XVII Óleo sobre lienzo, tendido sobre tabla, 62,5 x 75,0 cm, sin firmar (algunas pérdidas y retoques). Marco de madera, 73,0 x 85,2 cm. Interesante representación del curioso acontecimiento que puso fin al asedio de Weinsberg. Esta ciudad del estado de Baden-Wurtemberg, Alemania, fue sitiada en 1140 en el marco del conflicto entre Conrado III (Casa de Hohenstaufen) y Welf VI (Casa de Welfs). En un principio, Conrado III planeó destruir la ciudad y encarcelar a sus defensores, pero al final se negoció una rendición que sólo permitió a las mujeres salir con lo que pudieran llevar. En lugar de llevarse sus posesiones, las mujeres cargaron a sus maridos a la espalda y los pusieron a salvo. Conrado III quedó sorprendido por la lealtad y astucia de estas mujeres, y pensó que no le convenía a un rey faltar a su palabra dada. La historia de las llamadas "leales esposas de Weinsberg" fue descrita y representada varias veces a lo largo de los siglos, y las ruinas del castillo se conocen hoy como Weibertreu ("lealtad femenina") en referencia a este peculiar suceso. La pintura muestra a las mujeres abandonando la puerta de la ciudad con los hombres a sus espaldas. A la izquierda, Conrado III explica a uno de sus comandantes que cumplirá su palabra real.

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Las mujeres de Weinsberg llevan a sus maridos a un lugar seguro. s. XVII Óleo sobre lienzo, tendido sobre tabla, 62,5 x 75,0 cm, sin firmar (algunas pérdidas y retoques). Marco de madera, 73,0 x 85,2 cm. Interesante representación del curioso acontecimiento que puso fin al asedio de Weinsberg. Esta ciudad del estado de Baden-Wurtemberg, Alemania, fue sitiada en 1140 en el marco del conflicto entre Conrado III (Casa de Hohenstaufen) y Welf VI (Casa de Welfs). En un principio, Conrado III planeó destruir la ciudad y encarcelar a sus defensores, pero al final se negoció una rendición que sólo permitió a las mujeres salir con lo que pudieran llevar. En lugar de llevarse sus posesiones, las mujeres cargaron a sus maridos a la espalda y los pusieron a salvo. Conrado III quedó sorprendido por la lealtad y astucia de estas mujeres, y pensó que no le convenía a un rey faltar a su palabra dada. La historia de las llamadas "leales esposas de Weinsberg" fue descrita y representada varias veces a lo largo de los siglos, y las ruinas del castillo se conocen hoy como Weibertreu ("lealtad femenina") en referencia a este peculiar suceso. La pintura muestra a las mujeres abandonando la puerta de la ciudad con los hombres a sus espaldas. A la izquierda, Conrado III explica a uno de sus comandantes que cumplirá su palabra real.

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