Null HENRY SAMOUILOV (1930-2014)
La cabra
Bronce patinado, con Samouilov en lo a…
Descripción

HENRY SAMOUILOV (1930-2014) La cabra Bronce patinado, con Samouilov en lo alto de la terraza. Sello de la fundición: cire perdue Valsuani, n° 2/8. Altura: 27,5 cm. Nacido en París en 1930, Henri Samouilov es uno de esos artistas inclasificables. Pintor y escultor autodidacta, su originalidad procede de su libertad de espíritu. Desde muy pronto, la fiebre de la pintura se apodera de él y decide matricularse en clases nocturnas en Montparnasse, frecuentando la Grande Chaumière, antes de estudiar grabado en madera en la Escuela Estienne. Artista polifacético, se pone el sombrero de arquitecto para diseñar y construir su taller de artista en Yerres, su principal lugar de residencia. Esta casa-taller, que aún conserva la huella de su obra, es un fantástico testimonio de la creatividad de Henri Samouilov, con esculturas que responden a dibujos y pinturas que orquestan este estilo barroco organizado. La obra escultórica del artista es igualmente inclasificable, ya que abarca una amplia gama de temas, desde animales a personajes, pasando por inspiraciones literarias y fantásticas. Lo que todas estas estatuas tienen en común es su delicadeza. Se percibe el placer de la artista por representar lo que existe a través de un prisma estilístico propio, una ligereza acentuada por el contraste de la rugosidad porosa de la superficie de escayola utilizada para sus modelos maestros.

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HENRY SAMOUILOV (1930-2014) La cabra Bronce patinado, con Samouilov en lo alto de la terraza. Sello de la fundición: cire perdue Valsuani, n° 2/8. Altura: 27,5 cm. Nacido en París en 1930, Henri Samouilov es uno de esos artistas inclasificables. Pintor y escultor autodidacta, su originalidad procede de su libertad de espíritu. Desde muy pronto, la fiebre de la pintura se apodera de él y decide matricularse en clases nocturnas en Montparnasse, frecuentando la Grande Chaumière, antes de estudiar grabado en madera en la Escuela Estienne. Artista polifacético, se pone el sombrero de arquitecto para diseñar y construir su taller de artista en Yerres, su principal lugar de residencia. Esta casa-taller, que aún conserva la huella de su obra, es un fantástico testimonio de la creatividad de Henri Samouilov, con esculturas que responden a dibujos y pinturas que orquestan este estilo barroco organizado. La obra escultórica del artista es igualmente inclasificable, ya que abarca una amplia gama de temas, desde animales a personajes, pasando por inspiraciones literarias y fantásticas. Lo que todas estas estatuas tienen en común es su delicadeza. Se percibe el placer de la artista por representar lo que existe a través de un prisma estilístico propio, una ligereza acentuada por el contraste de la rugosidad porosa de la superficie de escayola utilizada para sus modelos maestros.

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