Null UMBERTO BIAGINI (Italia, XIX - XX).

"Alegoría de la ciencia", hacia 1900.
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Descripción

UMBERTO BIAGINI (Italia, XIX - XX). "Alegoría de la ciencia", hacia 1900. Escultura en mármol blanco de Carrara. Firmada y localizada: U. BIAGINI / FIRENZE. Medidas: 48 x 95,5 x 13 cm. Escultura que representa la alegoría de la Ciencia personificada por una mujer sobre un plinto tripartito flanqueada por dos leones, mientras sostiene un libro en la mano izquierda y apoya la derecha en el orbe terrestre. Se trata de una obra de esencia neoclásica con ciertos tintes historicistas, como podría ser el rehundido trifoliado del plinto, que la enmarcaría a finales del siglo XIX o principios del XX. El modelo de representación de la alegoría no es nuevo, ya que recuerda a la obra romana homónima del río Tíber del siglo I d.C.; por otra parte, los leones, en su condición de bestias, proporcionan una imagen de sumisión a la razón humana, representada por el libro, en su papel de transmisor del conocimiento a las generaciones venideras que habitan el citado orbe. En cuanto a la habilidad del escultor, cabe destacar la satisfactoria ejecución de la técnica de los paños húmedos en el torso de la mujer yacente, ya que la tela cincelada en el mármol parece adoptar las características de la muselina para abrazar la piel y, sin perderse en la transparencia, dejar intuir su presencia.

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UMBERTO BIAGINI (Italia, XIX - XX). "Alegoría de la ciencia", hacia 1900. Escultura en mármol blanco de Carrara. Firmada y localizada: U. BIAGINI / FIRENZE. Medidas: 48 x 95,5 x 13 cm. Escultura que representa la alegoría de la Ciencia personificada por una mujer sobre un plinto tripartito flanqueada por dos leones, mientras sostiene un libro en la mano izquierda y apoya la derecha en el orbe terrestre. Se trata de una obra de esencia neoclásica con ciertos tintes historicistas, como podría ser el rehundido trifoliado del plinto, que la enmarcaría a finales del siglo XIX o principios del XX. El modelo de representación de la alegoría no es nuevo, ya que recuerda a la obra romana homónima del río Tíber del siglo I d.C.; por otra parte, los leones, en su condición de bestias, proporcionan una imagen de sumisión a la razón humana, representada por el libro, en su papel de transmisor del conocimiento a las generaciones venideras que habitan el citado orbe. En cuanto a la habilidad del escultor, cabe destacar la satisfactoria ejecución de la técnica de los paños húmedos en el torso de la mujer yacente, ya que la tela cincelada en el mármol parece adoptar las características de la muselina para abrazar la piel y, sin perderse en la transparencia, dejar intuir su presencia.

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