Null GIOVANNI NISINI ; Roma, siglo XIX. 

"Furietti centauros". 

Bronce patinad…
Descripción

GIOVANNI NISINI ; Roma, siglo XIX. "Furietti centauros". Bronce patinado. Firmado en la base. Medidas: 57 x 32 x 15 cm; 48 x 32 x 15 x 15 cm. Estas piezas siguen los modelos estilísticos de los centauros encontrados en la Villa Adriana de Tívoli, realizados por Aristeas y Papias, en época adrianea (117-138 d.C.), que hoy pertenecen a la colección del Museo Capitolino. Los originales son de mármol y se conocen como "El joven centauro" y "El viejo centauro". Fueron encontrados en 1746, convirtiéndose en fuente de inspiración artística. Un ejemplo de ello son estas dos esculturas de bronce que, a pesar de seguir el modelo ya mencionado, tienen características propias que las convierten en esculturas únicas. La figura del centauro procede de la mitología griega; esta raza, con torso y cabeza de humano y patas de caballo, era muy propensa a los excesos con el vino y a dejarse llevar por los bajos instintos, provocando así famosas batallas contra los lapitas, que los centauros solían perder, en una metáfora del triunfo del comportamiento civilizado de los hombres, episodio representado por ejemplo en los frisos del Partenón. Un centauro importante en la iconografía antigua fue Neso, famoso por raptar a Deyanira, prometida de Hércules.

GIOVANNI NISINI ; Roma, siglo XIX. "Furietti centauros". Bronce patinado. Firmado en la base. Medidas: 57 x 32 x 15 cm; 48 x 32 x 15 x 15 cm. Estas piezas siguen los modelos estilísticos de los centauros encontrados en la Villa Adriana de Tívoli, realizados por Aristeas y Papias, en época adrianea (117-138 d.C.), que hoy pertenecen a la colección del Museo Capitolino. Los originales son de mármol y se conocen como "El joven centauro" y "El viejo centauro". Fueron encontrados en 1746, convirtiéndose en fuente de inspiración artística. Un ejemplo de ello son estas dos esculturas de bronce que, a pesar de seguir el modelo ya mencionado, tienen características propias que las convierten en esculturas únicas. La figura del centauro procede de la mitología griega; esta raza, con torso y cabeza de humano y patas de caballo, era muy propensa a los excesos con el vino y a dejarse llevar por los bajos instintos, provocando así famosas batallas contra los lapitas, que los centauros solían perder, en una metáfora del triunfo del comportamiento civilizado de los hombres, episodio representado por ejemplo en los frisos del Partenón. Un centauro importante en la iconografía antigua fue Neso, famoso por raptar a Deyanira, prometida de Hércules.

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