Null KAREL APPEL (Países Bajos, 1921 - Suiza, 2006).

Sin título, 1975.

Acrílic…
Descripción

KAREL APPEL (Países Bajos, 1921 - Suiza, 2006). Sin título, 1975. Acrílico sobre cartón adherido a lienzo. Firmado en la esquina inferior derecha. Se adjunta certificado firmado por Guy Pieters y el Sr. Nieuwenhuizen-Segaar. Medidas: 57 x 75,5 cm; 84 x 102 cm (marco). La obra de Karel Appel destacó por su violencia cromática y su pastosidad material. A menudo realizaba criaturas pseudohumanas o mitológicas como la que nos ocupa, que pueden leerse como alegorías fóbicas. El primitivismo y el arte infantil o naïf son reinvindicados por el artista y su grupo CoBrA (formado en los años cincuenta) para rechazar la razón civilizadora que había llevado a Europa a la devastación. El lenguaje de Appel se basaba en la conjugación de la agresividad expresionista y la sencillez infantil vinculada al surrealismo. Siempre se mantuvo dentro de los límites de la figuración. Karel Appel fue pintor, escultor y artista gráfico, y actualmente se le considera el artista más vigoroso de la generación de posguerra de su país. En 1948 fundó, junto con Corneille, Jorn y Alechinsku, el Grupo Internacional CoBrA, decisivo en el desarrollo y expansión del automatismo europeo entre las décadas de 1940 y 1950. Durante la ocupación nazi de Holanda, Apple vagó por el país para evitar ser enviado a trabajar a Alemania. En 1946 celebró su primera exposición individual en Groningen, en la que ya era visible la huella de Dubuffet, con quien llegaría a compartir ciertos conceptos teóricos. Sus primeras esculturas, pioneras en el ensamblaje de materiales de desecho, datan de 1947. Algunos artistas, rechazando el rigor y el sectarismo de la organización surrealista, fundaron el grupo CoBrA (abreviaturas de Copenhague, Bruselas y Amsterdam, ciudades de las que procedían Appel, Corneille y Constant, que firmaron el manifiesto inaugural junto con Jorn, Noiret y Dotremont). Los pintores de CoBrA persiguieron un trabajo más espontáneo, atendiendo a las tradiciones culturales locales y coleccionando imaginería fantástica. El grupo se disolvió pronto, en 1951, pero algunos de sus miembros, sobre todo Appel, Jorn y Alechinsky, mantuvieron su espíritu en las décadas siguientes. Su pintura se caracteriza por una gran carga expresionista vinculada a las figuras de Max Pechstein y Edward Munich, dos de los grandes expresionistas nórdicos. Su obra está realizada con densos empastes y violentos juegos de color, que denotan el carácter agitado del expresionismo nórdico. Más tarde, su lenguaje evolucionó hacia una línea más suave, acercándose a la pintura de borde manual. Appel fue un artista incansable que exploró múltiples lenguajes, desde la escultura, la cerámica, la pintura mural, la vidriera o el grabado. Durante su larga carrera artística recibió numerosos premios y colaboró con artistas de otras disciplinas como el poeta Allen Ginsberg o el coreógrafo Min Tanaka. Sus primeros éxitos llegaron en 1953, con la exposición en el Palacio de Bellas Artes de Bruselas y su participación en la Bienal de Sao Paulo (volvería en 1959 y ganaría el premio internacional de pintura), y en 1954, cuando recibió el premio de la UNESCO en la Bienal de Venecia y expuso en París y Nueva York. Appel está representado en el Museo Guggenheim y el MoMA de Nueva York, el Museo de Bellas Artes de Bilbao, la Tate Gallery de Londres, la Albertina de Viena, el Thyssen-Bornemisza, la Colección Peggy Guggenheim de Venecia y el Museo de Bellas Artes de Dordrecht, entre muchos otros.

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KAREL APPEL (Países Bajos, 1921 - Suiza, 2006). Sin título, 1975. Acrílico sobre cartón adherido a lienzo. Firmado en la esquina inferior derecha. Se adjunta certificado firmado por Guy Pieters y el Sr. Nieuwenhuizen-Segaar. Medidas: 57 x 75,5 cm; 84 x 102 cm (marco). La obra de Karel Appel destacó por su violencia cromática y su pastosidad material. A menudo realizaba criaturas pseudohumanas o mitológicas como la que nos ocupa, que pueden leerse como alegorías fóbicas. El primitivismo y el arte infantil o naïf son reinvindicados por el artista y su grupo CoBrA (formado en los años cincuenta) para rechazar la razón civilizadora que había llevado a Europa a la devastación. El lenguaje de Appel se basaba en la conjugación de la agresividad expresionista y la sencillez infantil vinculada al surrealismo. Siempre se mantuvo dentro de los límites de la figuración. Karel Appel fue pintor, escultor y artista gráfico, y actualmente se le considera el artista más vigoroso de la generación de posguerra de su país. En 1948 fundó, junto con Corneille, Jorn y Alechinsku, el Grupo Internacional CoBrA, decisivo en el desarrollo y expansión del automatismo europeo entre las décadas de 1940 y 1950. Durante la ocupación nazi de Holanda, Apple vagó por el país para evitar ser enviado a trabajar a Alemania. En 1946 celebró su primera exposición individual en Groningen, en la que ya era visible la huella de Dubuffet, con quien llegaría a compartir ciertos conceptos teóricos. Sus primeras esculturas, pioneras en el ensamblaje de materiales de desecho, datan de 1947. Algunos artistas, rechazando el rigor y el sectarismo de la organización surrealista, fundaron el grupo CoBrA (abreviaturas de Copenhague, Bruselas y Amsterdam, ciudades de las que procedían Appel, Corneille y Constant, que firmaron el manifiesto inaugural junto con Jorn, Noiret y Dotremont). Los pintores de CoBrA persiguieron un trabajo más espontáneo, atendiendo a las tradiciones culturales locales y coleccionando imaginería fantástica. El grupo se disolvió pronto, en 1951, pero algunos de sus miembros, sobre todo Appel, Jorn y Alechinsky, mantuvieron su espíritu en las décadas siguientes. Su pintura se caracteriza por una gran carga expresionista vinculada a las figuras de Max Pechstein y Edward Munich, dos de los grandes expresionistas nórdicos. Su obra está realizada con densos empastes y violentos juegos de color, que denotan el carácter agitado del expresionismo nórdico. Más tarde, su lenguaje evolucionó hacia una línea más suave, acercándose a la pintura de borde manual. Appel fue un artista incansable que exploró múltiples lenguajes, desde la escultura, la cerámica, la pintura mural, la vidriera o el grabado. Durante su larga carrera artística recibió numerosos premios y colaboró con artistas de otras disciplinas como el poeta Allen Ginsberg o el coreógrafo Min Tanaka. Sus primeros éxitos llegaron en 1953, con la exposición en el Palacio de Bellas Artes de Bruselas y su participación en la Bienal de Sao Paulo (volvería en 1959 y ganaría el premio internacional de pintura), y en 1954, cuando recibió el premio de la UNESCO en la Bienal de Venecia y expuso en París y Nueva York. Appel está representado en el Museo Guggenheim y el MoMA de Nueva York, el Museo de Bellas Artes de Bilbao, la Tate Gallery de Londres, la Albertina de Viena, el Thyssen-Bornemisza, la Colección Peggy Guggenheim de Venecia y el Museo de Bellas Artes de Dordrecht, entre muchos otros.

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