Null "Buda Dipankara". Nepal, siglo XIX.

Bronce dorado y policromado, con incru…
Descripción

"Buda Dipankara". Nepal, siglo XIX. Bronce dorado y policromado, con incrustaciones de piedras preciosas. Medidas: 25,5 x 11 x 11 cm. En Nepal, la iconografía del Buda Dipankara se caracteriza por sus propias peculiaridades: en lugar de representársele sentado, suele estar de pie, y en lugar de levantar sólo la mano derecha, utiliza ambas manos para trazar en el aire el dibujo de un mudra protector. Son atributos que reconocemos en esta escultura de bronce dorado. La figura, a pesar de su canon elegante y proporcionado, tiene las manos grandes para centrar la atención en ellas. Su rostro transmite serenidad espiritual. Sus rasgos son simétricos y están adornados con una suntuosa corona, al igual que la suntuosa túnica que lleva, que indica su origen principesco. Buda alcanzó la más alta perfección evolutiva, convirtiendo el sufrimiento en felicidad para todos los seres vivos. Nacido hacia el año 560 a.C., su padre era un rajá que gobernaba la provincia nororiental de la India. A los 29 años, el joven príncipe renunció a su vida de lujo, pues se sentía obligado a purificar su cuerpo y convertirlo en un instrumento de la mente librándolo de las tentaciones terrenales.

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"Buda Dipankara". Nepal, siglo XIX. Bronce dorado y policromado, con incrustaciones de piedras preciosas. Medidas: 25,5 x 11 x 11 cm. En Nepal, la iconografía del Buda Dipankara se caracteriza por sus propias peculiaridades: en lugar de representársele sentado, suele estar de pie, y en lugar de levantar sólo la mano derecha, utiliza ambas manos para trazar en el aire el dibujo de un mudra protector. Son atributos que reconocemos en esta escultura de bronce dorado. La figura, a pesar de su canon elegante y proporcionado, tiene las manos grandes para centrar la atención en ellas. Su rostro transmite serenidad espiritual. Sus rasgos son simétricos y están adornados con una suntuosa corona, al igual que la suntuosa túnica que lleva, que indica su origen principesco. Buda alcanzó la más alta perfección evolutiva, convirtiendo el sufrimiento en felicidad para todos los seres vivos. Nacido hacia el año 560 a.C., su padre era un rajá que gobernaba la provincia nororiental de la India. A los 29 años, el joven príncipe renunció a su vida de lujo, pues se sentía obligado a purificar su cuerpo y convertirlo en un instrumento de la mente librándolo de las tentaciones terrenales.

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