Null Cuenco Kangxi. China, siglo XVIII.

Porcelana esmaltada.

Con firma en la b…
Descripción

Cuenco Kangxi. China, siglo XVIII. Porcelana esmaltada. Con firma en la base. Restaurada. Medidas: 10 x 21 cm. Cuenco de época Kangxi en porcelana esmaltada, en la que destaca la bicromía entre el azul cobalto y el blanco. En las paredes del cuenco hay escenas acuáticas con peces escamados y algas submarinas. El perfil superior es lobulado. El emperador Kangxi fue uno de los monarcas más importantes de la historia china. De hecho, su reinado de 61 años, paralelo al de Luis XIV en Francia, es el más largo de la historia china, y estableció el poder de la nueva dinastía Qing. Fue un periodo de esplendor cultural, gracias en gran parte al intenso mecenazgo artístico del propio emperador. Como la Qing era una dinastía de origen extranjero (manchú), Kangxi se esforzó por reafirmar su legitimidad como monarca absoluto de China estableciendo un equilibrio entre el respeto a las tradiciones manchúes y las formas de gobierno chinas, y asumiendo el papel de gobernante ilustrado según el modelo confuciano. El propio emperador practicaba la caligrafía y la pintura, las dos artes más apreciadas en China, y mantenía el canon neoconfuciano de Zhu Xi como norma de cultura en la que se basaban los exámenes imperiales. De este modo, el emperador Kangxi promovió la idea de la nueva dinastía como legítima sucesora de la anterior dinastía Ming, ensalzando los logros de ésta. El emperador hizo mucho por apoyar la literatura y también promovió las bellas artes. En 1661 se fundaron en Pekín los talleres imperiales, donde se producían objetos suntuarios para la corte, desde porcelana hasta pinturas y objetos rituales. También se crearon en esta época talleres de producción de seda en las ciudades meridionales de Suzhou, Hangzhou y Jiangning.

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Cuenco Kangxi. China, siglo XVIII. Porcelana esmaltada. Con firma en la base. Restaurada. Medidas: 10 x 21 cm. Cuenco de época Kangxi en porcelana esmaltada, en la que destaca la bicromía entre el azul cobalto y el blanco. En las paredes del cuenco hay escenas acuáticas con peces escamados y algas submarinas. El perfil superior es lobulado. El emperador Kangxi fue uno de los monarcas más importantes de la historia china. De hecho, su reinado de 61 años, paralelo al de Luis XIV en Francia, es el más largo de la historia china, y estableció el poder de la nueva dinastía Qing. Fue un periodo de esplendor cultural, gracias en gran parte al intenso mecenazgo artístico del propio emperador. Como la Qing era una dinastía de origen extranjero (manchú), Kangxi se esforzó por reafirmar su legitimidad como monarca absoluto de China estableciendo un equilibrio entre el respeto a las tradiciones manchúes y las formas de gobierno chinas, y asumiendo el papel de gobernante ilustrado según el modelo confuciano. El propio emperador practicaba la caligrafía y la pintura, las dos artes más apreciadas en China, y mantenía el canon neoconfuciano de Zhu Xi como norma de cultura en la que se basaban los exámenes imperiales. De este modo, el emperador Kangxi promovió la idea de la nueva dinastía como legítima sucesora de la anterior dinastía Ming, ensalzando los logros de ésta. El emperador hizo mucho por apoyar la literatura y también promovió las bellas artes. En 1661 se fundaron en Pekín los talleres imperiales, donde se producían objetos suntuarios para la corte, desde porcelana hasta pinturas y objetos rituales. También se crearon en esta época talleres de producción de seda en las ciudades meridionales de Suzhou, Hangzhou y Jiangning.

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