Null Obra parisina o versallesca, hacia 1743 
Abanico alegórico de Luis XV, el A…
Descripción

Obra parisina o versallesca, hacia 1743 Abanico alegórico de Luis XV, el Amado al gouache, decorado con figuras alegóricas a Luis XV, según su efigie "au bandeau" realizada en 1740 por Joseph Charles Roëttiers y siguiendo el trabajo realizado en el Gabinete Real de Medallas por François Boucher. Dos penachos y 20 filamentos de nácar finamente calados, realzados en color y dorados, decorados con caracolas, con figuras campestres de estilo Watteau que rodean un tritón montado en un monstruo marino. Largo 26 cm. (buen estado, pequeña restauración) París o Versalles, hacia 1743. Abanico pintado a mano que representa al rey francés Luis XV entre figuras alegóricas. La edad de oro del diseño de abanicos culminó a principios del reinado de Luis XV. A diferencia de muchos otros, éste no fue realizado para celebrar una boda, sino que es una evocación de los trabajos emprendidos por el rey en el Gabinete de las Medallas hacia 1743, inicio de su reinado personal. François Boucher y Charles-Joseph Natoire representaron al Rey a la vez como protector de las musas y como figura importante de la historia, gracias a la moneda que lo representa, realizada en 1740 por Joseph Charles Roëttiers, grabador general del Hôtel de la Monnaie. El perfil del rey se inspira en las medallas de estilo antiguo, conocidas como "au bandeau". A la edad de 30 años, Luis XV el Bien-Aimado quiso ser representado en la flor de la vida, con el cabello simplemente recogido por una cinta: una elección estética poco frecuente. En el centro del abanico se encuentra la figura de Francia, o de Clío, que escribe la historia a través de las medallas. Luis XV se acerca a ella disfrazado de Apolo, con una toga antigua azul y una guirnalda de flores, mientras que una figura de la Fortuna vierte a sus pies una cornucopia de monedas de oro, en las que se estampará el perfil del rey. A la izquierda, dos amantes se disponen a grabar medallones de terracota, mientras un ángel enciende un brasero. A la derecha, unas musas dirigen una farándula de bailarinas. Con su marco de nácar y sus hojas con un rico vocabulario rocaille de caracolas, tritones, delfines y drapeados giratorios, este abanico era un lujoso ejemplar destinado a una clientela prestigiosa.

23 

Obra parisina o versallesca, hacia 1743 Abanico alegórico de Luis XV, el Amado al gouache, decorado con figuras alegóricas a Luis XV, según su efigie "au bandeau" realizada en 1740 por Joseph Charles Roëttiers y siguiendo el trabajo realizado en el Gabinete Real de Medallas por François Boucher. Dos penachos y 20 filamentos de nácar finamente calados, realzados en color y dorados, decorados con caracolas, con figuras campestres de estilo Watteau que rodean un tritón montado en un monstruo marino. Largo 26 cm. (buen estado, pequeña restauración) París o Versalles, hacia 1743. Abanico pintado a mano que representa al rey francés Luis XV entre figuras alegóricas. La edad de oro del diseño de abanicos culminó a principios del reinado de Luis XV. A diferencia de muchos otros, éste no fue realizado para celebrar una boda, sino que es una evocación de los trabajos emprendidos por el rey en el Gabinete de las Medallas hacia 1743, inicio de su reinado personal. François Boucher y Charles-Joseph Natoire representaron al Rey a la vez como protector de las musas y como figura importante de la historia, gracias a la moneda que lo representa, realizada en 1740 por Joseph Charles Roëttiers, grabador general del Hôtel de la Monnaie. El perfil del rey se inspira en las medallas de estilo antiguo, conocidas como "au bandeau". A la edad de 30 años, Luis XV el Bien-Aimado quiso ser representado en la flor de la vida, con el cabello simplemente recogido por una cinta: una elección estética poco frecuente. En el centro del abanico se encuentra la figura de Francia, o de Clío, que escribe la historia a través de las medallas. Luis XV se acerca a ella disfrazado de Apolo, con una toga antigua azul y una guirnalda de flores, mientras que una figura de la Fortuna vierte a sus pies una cornucopia de monedas de oro, en las que se estampará el perfil del rey. A la izquierda, dos amantes se disponen a grabar medallones de terracota, mientras un ángel enciende un brasero. A la derecha, unas musas dirigen una farándula de bailarinas. Con su marco de nácar y sus hojas con un rico vocabulario rocaille de caracolas, tritones, delfines y drapeados giratorios, este abanico era un lujoso ejemplar destinado a una clientela prestigiosa.

Las pujas estan cerradas para este lote. Ver los resultados

Podría interesarle