ESPAGNE, Philippe III (1598-1621) ESPAÑA
Felipe III (1598-1621)

Escudo de Cobre…
Descripción

ESPAGNE, Philippe III (1598-1621)

ESPAÑA Felipe III (1598-1621) Escudo de Cobre, 3,31g, s.f., Sevilla (Fr.196). Raspaduras en el borde a las 9, fino.

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ESPAGNE, Philippe III (1598-1621)

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Atribuido a DOMINGO MARTÍNEZ (Sevilla, 1688 - 1749), . "Inmaculada Concepción". Óleo sobre lienzo. Revestido. Medidas: 106 x 77 cm; 125,5 x 101 cm (marco). Vemos en esta obra una representación de la Inmaculada perfectamente enmarcada dentro del siglo XVII español, marcada a nivel estilístico e iconográfico sigue los modelos establecidos en el Barroco, especialmente los establecidos por el artista Juan Carreño Miranda en su obra de la Inmaculada Concepción, situada en el convento de las Descalzas. Vemos a María vestida de blanco y azul (símbolos de la pureza y de los conceptos de verdad y eternidad, respectivamente), rodeada de ángeles niños de pie. Algunos ángeles portan símbolos de las letanías, como los lirios o la palma. La imagen icnográfica definitiva de la Inmaculada Concepción tomó forma en el siglo XVI, al parecer en España. Siguiendo una tradición valenciana, el padre jesuita Alberro tuvo una visión y se la describió al pintor Juan de Juanes para que la plasmara con la mayor fidelidad posible. Se trata de un concepto iconográfico evolucionado, que a veces se asocia al tema de la Coronación de la Virgen. Por sus características artísticas y estéticas, puede decirse que este lienzo fue realizado por un seguidor del pintor español Domingo Martínez. Este artista se formó en su ciudad natal, siendo Lucas Valdés uno de sus maestros. Las fuentes indican que fue apreciado en su época, ya que encontramos importantes encargos como los recibidos del arzobispo de Sevilla, para quien realizó varias pinturas destinadas a la catedral de la capital andaluza y a la iglesia de Nuestra Señora de la Consolación de Umbrete. Asimismo, durante la estancia de la corte de Felipe V en Sevilla (1729-33) mantuvo relación con pintores franceses al servicio del rey, como Jean Ranc y Louis-Michel van Loo, cuya influencia quedará patente en su obra, unida a la herencia directa de Murillo. Por otra parte, fue precisamente Ranc quien propuso a Martínez como pintor de corte, oferta que el pintor, sin embargo, rechazó, ya que no deseaba trasladarse a Madrid con el rey. Tuvo varios discípulos, y sabemos que en su taller se formaron Andrés de Rubira, Pedro Tortolero y Juan de Espinal, pintor este último que acabaría convirtiéndose en su yerno y heredero del taller familiar. Su primera obra importante fue el conjunto decorativo de la iglesia del Colegio de San Telmo, con pinturas sobre la vida de Cristo y su relación con el mar, realizado en 1724. Seis años más tarde pintó dos grandes cuadros para el Convento de Santa Paula de Sevilla. En esta misma década de 1730 realizó también obras sueltas y conjuntos para iglesias de Sevilla y su provincia, siempre de tema religioso, así como el retrato del arzobispo Luis de Salcedo y Azcona para el Palacio Arzobispal de Sevilla (1739). Fue igualmente prolífico en la última década de su vida, en la que realizó decoraciones al temple para las iglesias de Santa Ana y San Luis de los Franceses de Sevilla, así como varios lienzos. Su última obra, realizada hacia 1748, fue un conjunto de ocho lienzos que representaban la gran mascarada celebrada en Sevilla en junio del año anterior con motivo de la subida al trono de Fernando VI. Actualmente se conservan obras de Martínez en el Museo de Bellas Artes de Sevilla.