Null Lámpara de santuario (o altar), San Petersburgo, primer cuarto del siglo XI…
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Lámpara de santuario (o altar), San Petersburgo, primer cuarto del siglo XIX. Cuerpo triangular con ángulos cortados. Sellos: 84, San Petersburgo, ensayador "А-Я" (Alexander Ilyich Yachinov, activo de 1795 a 1826) y platero (sello no encontrado). Altura total: 54 cm; tamaño del cuerpo: 9,5 cm cuadrados; Peso total: 218 g

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Lámpara de santuario (o altar), San Petersburgo, primer cuarto del siglo XIX. Cuerpo triangular con ángulos cortados. Sellos: 84, San Petersburgo, ensayador "А-Я" (Alexander Ilyich Yachinov, activo de 1795 a 1826) y platero (sello no encontrado). Altura total: 54 cm; tamaño del cuerpo: 9,5 cm cuadrados; Peso total: 218 g

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Artista clasicista Vista de San Petersburgo Hacia 1800/50 Óleo sobre lienzo 157 x 158 cm, con marco 182 x 183 cm Titulado "San Petersburgo" abajo a la izquierda Este cuadro del siglo XIX representa una vista de San Petersburgo y capta el esplendor y la magnificencia arquitectónica de la capital imperial de Rusia. La escena muestra monumentos destacados como la catedral de San Isaac, el Jinete de Hierro y el puente Blagoveshchensky. La catedral de San Isaac, al fondo, domina el horizonte con su enorme cúpula. Es una de las catedrales más grandes del mundo y simboliza la ambición arquitectónica y la importancia religiosa de la ciudad. El artista inmortalizó la intrincada fachada de la catedral, sus columnas neoclásicas y la plaza circundante con su bullicio. En el centro se encuentra el Jinete de Honor de la Plaza del Senado, una icónica estatua del zar Pedro el Grande, que se alza majestuosa sobre un zócalo de granito. Encargado por Catalina la Grande, el monumento simboliza el poder y la visión del Imperio Ruso. La postura dinámica de la estatua, con Pedro sobre un caballo encabritado, refleja el espíritu de progreso e ilustración que trajo a Rusia. El Puente Blagoveshchensky o Puente de la Anunciación, en primer plano, el primer puente permanente sobre el Neva, pretende ilustrar la proeza técnica de la ciudad. Terminado en 1850, el puente de hierro fundido conecta la isla Vasilievsky con el continente y simboliza el progreso técnico de la época. El cuadro refleja la vibrante vida del San Petersburgo del siglo XIX, con carruajes, peatones y barcos en el Neva, demostrando el estatus de la ciudad como importante centro cultural y económico. El hábil uso de las luces y las sombras sobre un cielo romántico subraya la opulencia y el dinamismo de la escena, y ofrece una visión de la vida cotidiana y la arquitectura monumental de una de las grandes ciudades europeas.