Null LESZCZYNSKA (Marie). Carta autógrafa firmada "Marie" al ministro principal …
Descripción

LESZCZYNSKA (Marie). Carta autógrafa firmada "Marie" al ministro principal André-Hercule de Fleury. S.l., "este 3" [3 de julio de 1729, según una antigua anotación a tinta de otra mano]. Una p. en-4, dirección en el reverso con 2 sellos de cera negros armoriales conservados. "SU CARTA, MI QUERIDO CARDENAL, ME HA LLENADO DE ALEGRÍA POR TODO LO QUE ME CUENTA SOBRE EL REY MI PADRE [STANISLAS LESZCZYNSKI]. Como conozco sus sentimientos hacia usted, nada me produce mayor placer que saber que los suyos son como yo deseo. Es una unión interesante para el contento de mi vida, que nunca me importaría más que el de mantenerla cada vez más. En cuanto a mi partida, estoy de acuerdo con lo que le dije ayer de que no soy lo bastante dueña de mí misma para decidirme entre mi ansia de ver al Rey y el temor de las consecuencias [quizá una alusión al hecho de que está embarazada y dará a luz un hijo el 4 de septiembre de 1729]... y sólo la orden del Rey puede calmar mi ansiedad. Por favor, hágame saber sus deseos. Usted sabe que no tengo otra voluntad que la suya y que actuaré siempre según sus saludables consejos que espero con impaciencia y soy, mi amadísimo Cardenal, suyo de todo corazón...". EL CARDENAL FLEURY, UNO DE LOS GRANDES ESTADISTAS DEL SIGLO XVIII. Hercule-André de Fleury (1653-1713) era muy piadoso, pero no menos versado en los asuntos mundanos. Fue capellán de la reina María Teresa, luego capellán trimestral del Rey, y acompañó al cardenal Forbin-Janson en su misión a Roma en 1690. En 1698 obtuvo el obispado de Fréjus, que no ganó hasta 1701, pero donde demostró ser un obispo apostólico y cercano al pueblo. Siempre trabajó por la paz, especialmente en 1707, durante la Guerra de Sucesión española, cuando recibió en su obispado a Víctor-Amédée de Saboya y al príncipe Eugenio, que habían venido a sitiar Tolón. Su actitud causó impresión y se le ofreció un arzobispado, que rechazó; incluso renunció a su sede de Fréjus y regresó a Versalles, donde se le concedió el título de tutor del futuro Luis XV. Se ganó la confianza de éste y en 1726 fue nombrado ministro principal (el mismo año el Papa le nombró cardenal): aplicó una política de apaciguamiento en todos los frentes, interno, externo y religioso.

LESZCZYNSKA (Marie). Carta autógrafa firmada "Marie" al ministro principal André-Hercule de Fleury. S.l., "este 3" [3 de julio de 1729, según una antigua anotación a tinta de otra mano]. Una p. en-4, dirección en el reverso con 2 sellos de cera negros armoriales conservados. "SU CARTA, MI QUERIDO CARDENAL, ME HA LLENADO DE ALEGRÍA POR TODO LO QUE ME CUENTA SOBRE EL REY MI PADRE [STANISLAS LESZCZYNSKI]. Como conozco sus sentimientos hacia usted, nada me produce mayor placer que saber que los suyos son como yo deseo. Es una unión interesante para el contento de mi vida, que nunca me importaría más que el de mantenerla cada vez más. En cuanto a mi partida, estoy de acuerdo con lo que le dije ayer de que no soy lo bastante dueña de mí misma para decidirme entre mi ansia de ver al Rey y el temor de las consecuencias [quizá una alusión al hecho de que está embarazada y dará a luz un hijo el 4 de septiembre de 1729]... y sólo la orden del Rey puede calmar mi ansiedad. Por favor, hágame saber sus deseos. Usted sabe que no tengo otra voluntad que la suya y que actuaré siempre según sus saludables consejos que espero con impaciencia y soy, mi amadísimo Cardenal, suyo de todo corazón...". EL CARDENAL FLEURY, UNO DE LOS GRANDES ESTADISTAS DEL SIGLO XVIII. Hercule-André de Fleury (1653-1713) era muy piadoso, pero no menos versado en los asuntos mundanos. Fue capellán de la reina María Teresa, luego capellán trimestral del Rey, y acompañó al cardenal Forbin-Janson en su misión a Roma en 1690. En 1698 obtuvo el obispado de Fréjus, que no ganó hasta 1701, pero donde demostró ser un obispo apostólico y cercano al pueblo. Siempre trabajó por la paz, especialmente en 1707, durante la Guerra de Sucesión española, cuando recibió en su obispado a Víctor-Amédée de Saboya y al príncipe Eugenio, que habían venido a sitiar Tolón. Su actitud causó impresión y se le ofreció un arzobispado, que rechazó; incluso renunció a su sede de Fréjus y regresó a Versalles, donde se le concedió el título de tutor del futuro Luis XV. Se ganó la confianza de éste y en 1726 fue nombrado ministro principal (el mismo año el Papa le nombró cardenal): aplicó una política de apaciguamiento en todos los frentes, interno, externo y religioso.

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