JOSE MARIA MIJARES (La Habana, Cuba, 1921 - Miami, EE.UU., 2004). "Abstracción concreta", c. 1956. Óleo sobre lienzo adherido a tabla. Se adjunta certificado expedido por Doña María Cabrera Mijares, viuda del artista. Firmado en el ángulo inferior derecho. Medidas: 51 x 61 cm; 56 x 66 cm (marco). Concreto es un concepto que Mijares dio a varias de sus obras. El título se inspira en su pertenencia al grupo artístico Diez Pintores concretos, activo de 1958 a 1961, al que pertenecían los artistas Pedro Carmelo Álvarez López, Wilfredo Arcay Ochandarena, Mario Carreño Morales, Salvador Corratgé, Sandú Darié, Luis Martínez Pedro, Alberto Menocal, José María Mijares, Pedro de Oraá, José Ángel Rosabal Fajardo, Dolores Soldevilla Nieto y Rafael Soriano López. La obra refleja un lenguaje estético que recoge diversas vanguardias y la traslación de la historia del arte. Desde una nueva perspectiva en la que la transgresión estética de la mano de José María Mijares supone la creación de una imagen con lenguaje y personalidad propios. A través del uso del color, la obra ofrece al espectador una nueva estética vitalista que se funde con una técnica cercana a la abstracción geométrica que se extiende por toda la pieza de forma aparentemente aleatoria. Sin embargo, compositivamente el artista ha conseguido crear una imagen completamente armónica donde el dominio del color y la técnica consiguen una imagen expresiva, vitalista y dinámica que atrapa y crea un diálogo con el espectador. La producción artística de Mijares osciló entre una corriente más figurativa y otra abstracta en la que desarrolló conceptos de cinetismo y neoplasticismo. Sin embargo, estas composiciones adquirieron la idiosincrasia del artista, que las dotó de un colorido excepcional. La obra refleja un lenguaje estético que recoge diversos movimientos de vanguardia y la traslación de la historia del arte. Desde una nueva perspectiva en la que la transgresión estética de la mano de José María Mijares supone la creación de una imagen con lenguaje y personalidad propios. A través del uso del color, la obra ofrece al espectador una nueva estética vitalista que se funde con una técnica cercana a la abstracción geométrica que se extiende por toda la pieza de forma aparentemente aleatoria. Sin embargo, compositivamente el artista ha conseguido crear una imagen completamente armónica donde el dominio del color y la técnica consiguen una imagen expresiva, vitalista y dinámica que atrapa y crea un diálogo con el espectador. Mijares estudió en la Escuela Nacional de Bellas Artes San Alejandro de La Habana, donde ejerció la docencia. Fue miembro del grupo Diez Pintores Concretos. Entre 1968 y 1973 formó parte del Grupo Gala de Miami, donde se estableció a los 47 años. Dirigió la revista Alacrán Azul de Miami. Realizó su primera exposición en el Liceo de La Habana (1947). En los años ochenta expuso en Coral Gables, Florida, donde reiteró su presencia. En 1994 el Museo Cubano de Arte y Cultura de Miami le dedicó una retrospectiva. También la Galería Alfredo Martínez de Coral Gables organizaría una ontológica en 1996. En cuanto a exposiciones colectivas, destaca su participación en la Bienal de Venecia de 1952. Está representado en la Fundación Cintas de Nueva York, el Lowe Art Museum de Florida; el Museo de Arte Moderno de América Latina de Washington, D.C., y el Museo de Arte Moderno de Nueva York. El merecido reconocimiento de Mijares llegó sobre todo por saber armonizar su vocación universal con la búsqueda de un lenguaje autóctono cubano. En esta composición parte de un postcubismo colorista por el que prácticamente se adentra en la abstracción, pero sin perder el hilo referencial. Sigue siendo reconocible una figura femenina acicalada, como en sus "habaneras", pero ha sido despojada de rasgos personales, transformando su cuerpo en un conjunto de engranajes que animan a un bello y elegante autómata. Se adjunta un certificado expedido por la Sra. María Cabrera Mijares, viuda del artista.