ANDREAS H. BITESNICH - Polanude (firmada). En la era digital moderna, la Polaroid se ha convertido ya en una reliquia de una época pasada. La singularidad del momento fugaz confiere a la Polaroid una cualidad que va mucho más allá de los criterios de "buena" o "mala" fotografía. Como un cuadro, la Polaroid se convierte en un tesoro irremplazable, un objeto de curiosidad (aunque sólo una persona posea el original). Estas Polaroids perfectamente iluminadas y compuestas son miniaturas que Andreas H. Bitesnich ha compuesto como boceto de un cuadro para una obra futura. Sin embargo, como ocurre con la mayoría de los artistas, estos bocetos acabaron convirtiéndose en obras de arte por derecho propio. Ejemplar firmado. En la era digital moderna, la Polaroid se ha convertido ya en una reliquia de una época pasada. La singularidad del momento fugaz confiere a la Polaroid una calidad que supera con creces los criterios de "buena" o "mala" fotografía. Como un cuadro, la Polaroid se convierte en un tesoro irremplazable, un objeto de curiosidad (aunque sólo una persona posee el original). Estas Polaroids perfectamente iluminadas y compuestas son miniaturas que Andreas H. Bitesnich compuso como boceto de un cuadro para preparar futuras obras. Sin embargo, como ocurre con la mayoría de los artistas, estos bocetos acabaron convirtiéndose en obras de arte por derecho propio. Ejemplar firmado.