Null Este de Francia o Borgoña, siglo XVI 
San Sebastián 
Escultura redonda en p…
Descripción

Este de Francia o Borgoña, siglo XVI San Sebastián Escultura redonda en piedra caliza policromada H. 68 cm AL-EJ Faltan flechas, policromía añadida San Sebastián fue mencionado por primera vez por San Ambrosio y después por Jacques de Voragine en la Leyenda Dorada. Centurión romano y cristiano que vivía en Millán en el siglo III, durante un periodo de persecución religiosa, el santo fue castigado por el emperador Diocleciano, atado a un árbol y atravesado por flechas. Este martirio tan gráfico evolucionó hacia una iconografía codificada. Primero se representó el cuerpo del santo acribillado a flechas y herido. Después, a partir del siglo XVI, el ímpetu del Renacimiento acentuó la santificación de un cuerpo joven victorioso sobre el dolor, como es el caso de nuestra obra. Sólo son visibles dos perforaciones en el cuello y la costilla, pero el rostro apaciguado y el cuerpo glorificado del santo forman parte de esta representación del triunfo sobre la muerte y permiten datar nuestra obra. El tratamiento del lino que cubre los lomos del santo y el aspecto apacible de la figura sitúan nuestra obra en la producción borgoñona del siglo XVI.

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Este de Francia o Borgoña, siglo XVI San Sebastián Escultura redonda en piedra caliza policromada H. 68 cm AL-EJ Faltan flechas, policromía añadida San Sebastián fue mencionado por primera vez por San Ambrosio y después por Jacques de Voragine en la Leyenda Dorada. Centurión romano y cristiano que vivía en Millán en el siglo III, durante un periodo de persecución religiosa, el santo fue castigado por el emperador Diocleciano, atado a un árbol y atravesado por flechas. Este martirio tan gráfico evolucionó hacia una iconografía codificada. Primero se representó el cuerpo del santo acribillado a flechas y herido. Después, a partir del siglo XVI, el ímpetu del Renacimiento acentuó la santificación de un cuerpo joven victorioso sobre el dolor, como es el caso de nuestra obra. Sólo son visibles dos perforaciones en el cuello y la costilla, pero el rostro apaciguado y el cuerpo glorificado del santo forman parte de esta representación del triunfo sobre la muerte y permiten datar nuestra obra. El tratamiento del lino que cubre los lomos del santo y el aspecto apacible de la figura sitúan nuestra obra en la producción borgoñona del siglo XVI.

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