Null MANUEL CASTRO (Córdoba, 1944 - Barcelona, 2020).
"Metrópolis" 2002.
Óleo so…
Descripción

MANUEL CASTRO (Córdoba, 1944 - Barcelona, 2020). "Metrópolis" 2002. Óleo sobre tabla. Firmado en el ángulo inferior derecho, firmado y titulado al dorso. Medidas: 162 x 114 cm. Manuel Castro fue un artista singular, que estuvo representado por la galería Barnadas de Barcelona. Esta última escribió sobre el artista: "Por generación debería haber sido un pintor abstracto, pero siguió obstinadamente su camino hacia una figuración personal y narrativa". Manuel Castro ha estado presente desde los inicios de la galería Barnadas, comenzando con una exposición de grabados en 1993, a la que siguieron múltiples exposiciones individuales y colectivas, así como exitosas apariciones en ferias internacionales como Miart (Milán) o Start (Estrasburgo). Con una mirada nostálgica y soñadora, Castro, a través de su obra, nos dice que es importante mirar la realidad con criterio, desde un prisma determinado, donde la belleza, ya sea un paisaje, un tapiz o una biblioteca, perdura al paso del tiempo. Ya en los años sesenta su lenguaje es figurativo, alejándose del expresionismo abstracto imperante. Castro reencarna el modelo del artista de espíritu libre, no para el grito rebelde de una obra más o menos rompedora, sino para seguir su propio ritmo con valentía y talento y, sin influencias, crear su consistente legado. Su obra se encuentra en la Fundación Vilacasas.

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MANUEL CASTRO (Córdoba, 1944 - Barcelona, 2020). "Metrópolis" 2002. Óleo sobre tabla. Firmado en el ángulo inferior derecho, firmado y titulado al dorso. Medidas: 162 x 114 cm. Manuel Castro fue un artista singular, que estuvo representado por la galería Barnadas de Barcelona. Esta última escribió sobre el artista: "Por generación debería haber sido un pintor abstracto, pero siguió obstinadamente su camino hacia una figuración personal y narrativa". Manuel Castro ha estado presente desde los inicios de la galería Barnadas, comenzando con una exposición de grabados en 1993, a la que siguieron múltiples exposiciones individuales y colectivas, así como exitosas apariciones en ferias internacionales como Miart (Milán) o Start (Estrasburgo). Con una mirada nostálgica y soñadora, Castro, a través de su obra, nos dice que es importante mirar la realidad con criterio, desde un prisma determinado, donde la belleza, ya sea un paisaje, un tapiz o una biblioteca, perdura al paso del tiempo. Ya en los años sesenta su lenguaje es figurativo, alejándose del expresionismo abstracto imperante. Castro reencarna el modelo del artista de espíritu libre, no para el grito rebelde de una obra más o menos rompedora, sino para seguir su propio ritmo con valentía y talento y, sin influencias, crear su consistente legado. Su obra se encuentra en la Fundación Vilacasas.

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