Null JORGE OTEIZA ENBIL (Orio, Guipúzcoa, 1908 - San Sebastián, 2003).
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Descripción

JORGE OTEIZA ENBIL (Orio, Guipúzcoa, 1908 - San Sebastián, 2003). "Hombre caído", 1952. Bronce. Ejemplar 47/68- P/E. Editorial; Edgisa Graficas S.A. Firmado y fechado. Medidas: 7,5 x 10 x 5 cm. En esta obra Oteiza utiliza un lenguaje escultórico figurativo experimental, reducido a su mínima expresión, dominado por el vacío en su interior. Creando así una desocupación de la propia materia, y ejemplificando la dialéctica entre espacio y materia. Un recurso que se convirtió en una constante a lo largo de su producción artística. Jorge Oteiza es uno de los artistas vascos fundamentales del siglo XX, así como uno de los más influyentes. Los ecos de su obra son perceptibles, desde los años 50 hasta la actualidad, en el trabajo de numerosos escultores, pintores y arquitectos. Autodidacta, Oteiza comenzó su carrera creando esculturas en el ámbito del expresionismo o primitivismo iniciado por Gauguin, Picasso y Derain. Tras una larga estancia en Sudamérica, el escultor desarrolló, tanto teórica como prácticamente, los fundamentos de su estética, y sacó al escultor "natural" que llevaba dentro, dando los pasos necesarios para convertirse en un artista dueño de sus mecanismos y herramientas. Esta aventura intelectual quedó reflejada en textos como "Carta a los artistas de América" (1944) y "La interpretación estética de la estatuaria megalítica americana" (1952). Durante estos años impartió clases en la Escuela de Cerámica de Buenos Aires. A finales de los años cuarenta regresa a España, y en su obra la influencia de la escultura masiva y monolítica sufre un proceso de desmaterialización. A principios de los años 50, Oteiza se sumerge en la investigación abstracta e inicia lo que denominó su "Propósito Experimental" (1955), experimentando en la línea del constructivismo. En 1957 presentó su obra en la Bienal de São Paulo y obtuvo el premio extraordinario de escultura. Dos años más tarde, creyendo haber llegado a su fase conclusiva, Oteiza abandonó la escultura. Durante los años sesenta y setenta se dedicó a la investigación de la lengua vasca y las manifestaciones populares de su pueblo. En 1988 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Actualmente está representado en la Fundación Museo Jorge Oteiza de Alzuza, el Centro Nacional de Arte Reina Sofía, el MACBA, el Guggenheim de Bilbao y Nueva York, las Fundaciones Telefónica y Caixa Galicia y el Museo Patio Herreriano de Valladolid, entre otras colecciones públicas y privadas.

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JORGE OTEIZA ENBIL (Orio, Guipúzcoa, 1908 - San Sebastián, 2003). "Hombre caído", 1952. Bronce. Ejemplar 47/68- P/E. Editorial; Edgisa Graficas S.A. Firmado y fechado. Medidas: 7,5 x 10 x 5 cm. En esta obra Oteiza utiliza un lenguaje escultórico figurativo experimental, reducido a su mínima expresión, dominado por el vacío en su interior. Creando así una desocupación de la propia materia, y ejemplificando la dialéctica entre espacio y materia. Un recurso que se convirtió en una constante a lo largo de su producción artística. Jorge Oteiza es uno de los artistas vascos fundamentales del siglo XX, así como uno de los más influyentes. Los ecos de su obra son perceptibles, desde los años 50 hasta la actualidad, en el trabajo de numerosos escultores, pintores y arquitectos. Autodidacta, Oteiza comenzó su carrera creando esculturas en el ámbito del expresionismo o primitivismo iniciado por Gauguin, Picasso y Derain. Tras una larga estancia en Sudamérica, el escultor desarrolló, tanto teórica como prácticamente, los fundamentos de su estética, y sacó al escultor "natural" que llevaba dentro, dando los pasos necesarios para convertirse en un artista dueño de sus mecanismos y herramientas. Esta aventura intelectual quedó reflejada en textos como "Carta a los artistas de América" (1944) y "La interpretación estética de la estatuaria megalítica americana" (1952). Durante estos años impartió clases en la Escuela de Cerámica de Buenos Aires. A finales de los años cuarenta regresa a España, y en su obra la influencia de la escultura masiva y monolítica sufre un proceso de desmaterialización. A principios de los años 50, Oteiza se sumerge en la investigación abstracta e inicia lo que denominó su "Propósito Experimental" (1955), experimentando en la línea del constructivismo. En 1957 presentó su obra en la Bienal de São Paulo y obtuvo el premio extraordinario de escultura. Dos años más tarde, creyendo haber llegado a su fase conclusiva, Oteiza abandonó la escultura. Durante los años sesenta y setenta se dedicó a la investigación de la lengua vasca y las manifestaciones populares de su pueblo. En 1988 recibió el Premio Príncipe de Asturias de las Artes. Actualmente está representado en la Fundación Museo Jorge Oteiza de Alzuza, el Centro Nacional de Arte Reina Sofía, el MACBA, el Guggenheim de Bilbao y Nueva York, las Fundaciones Telefónica y Caixa Galicia y el Museo Patio Herreriano de Valladolid, entre otras colecciones públicas y privadas.

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