DOM ROBERT (1907-1997) (GUY DE CHAUNAC-LANZAC, DIT) CARTONISTA & SUZANNE GOUBELY TALLER DE TEJEDORA EN AUBUSSON Avril Douce Espérance, la creación del cartón en [1977], prueba numerada 3/6 Gran tapiz de basse-lisse. Lanas de colores. Frescura extrema de los colores. Realizado en 1978. Firmado y fechado D. ROBERT y lleva el monograma del tejedor en la trama abajo a la izquierda, completo con su bolduc original de Suzanne GOUBELY Aubusson cosido en el reverso que lleva las menciones manuscritas a bolígrafo de título Avril Douce Espérance, de cartonnier Dom ROBERT, de dimensiones y de justificatif 3/6. 170 x 285 cm Procedencia : - M. y M. R., París. Obra adquirida a la Galerie La Demeure, dirigida por Denise Majorel, en los años 1970. - Esta obra ha permanecido en la familia de sus predecesores. Agradecimientos: Agradecemos a la Sra. Sophie Guérin Gasc, responsable de las colecciones del museo Dom Robert y de tapices del siglo XX de Sorèze (Tarn) y directora de la Asociación Dom Robert de Verdalle, la valiosa información que nos ha proporcionado sobre esta obra. Colecciones públicas : Musée Dom Robert et de la tapisserie du XXe siècle, Sorèze (Tarn) - En esta institución se conserva otro ejemplar de este tapiz Avril Douce Espérance de Dom Robert. Bibliografía : - Dom Robert, œuvre tissé - Catálogo de la exposición organizada en el Musée Jean Lurçat et de la Tapisserie contemporaine, Angers (30 de marzo - 24 de junio de 1990); y en el Musée Départemental de la Tapisserie, Aubusson (4 de julio - 16 de septiembre de 1990), Éditions des Musées d'Angers, Angers, 1990. Obra similar reproducida en el catálogo, sin paginar. - Dom Robert, tapices - Catálogo de la exposición organizada en el museo Toulouse-Lautrec, Albi (13 de octubre - 2 de diciembre de 1990), Éditions du Musée Toulouse-Lautrec, Albi, 1990. Una obra similar se reproduce en las páginas 16 y 17. - Colectiva - La clef des champs: Dom Robert - Éditions de l'Abbaye d'En Calcat, Dourgne / Éditions Privat, Toulouse, 2003. Una obra similar reproducida en las páginas 92 y 93; un detalle de ésta reproducido en la página 94. - Colectiva - Les saisons de Dom Robert, tapices - Éditions de l'Abbaye d'En Calcat, Dourgne / Éditions Hazan, París, 2014. Una obra similar reproducida en la página 74; un detalle de ésta y su cartón, fechado en 1977, reproducido en la página 76. DOM ROBERT (1907-1997) Célebre como uno de los grandes maestros de la tapicería del siglo XX, Dom Robert (1907-1997) -nacido Guy de Chaunac-Lanzac- fue responsable de más de 150 cartones para tapices, la mayoría de ellos marcados por los motivos de fauna y flora floreciente que tanto le gustaban. Ingresó en la abadía de En Calcat, en el Tarn, en 1930, y decidió dedicar su vida a la orden benedictina. Sin embargo, su destino de religioso pronto se cruzó con su vocación de dibujante. Iniciado en la pintura desde niño, y alumno de la École des Arts Décoratifs, Dom Robert se había alejado sin embargo del dibujo y sólo había vuelto al lenguaje pictórico a su llegada al monasterio benedictino. Dedicado a la acuarela, realiza iluminaciones cuyas decoraciones atestiguan ya el "universo en formación" del futuro dibujante1. Su verdadera epifanía llegó a su regreso de la guerra, en 1940, cuando quedó fascinado por el grito de los pavos reales que se oía en el patio de una granja. Este momento de iluminación marcó un giro decisivo en su obra, que se inspiraría para siempre en la propia naturaleza. En 1941, Jean Lurçat (1892-1966), otro maestro de la tapicería contemporánea, descubrió una acuarela de pavos reales y sugirió al monje que la tradujera al arte de tejer: se convirtió entonces en L'Été (1941), su primer tapiz, al que siguieron las demás estaciones del año. A través de Lurçat, las obras de Dom Robert fueron tejidas en Aubusson por el taller Tabard, y después por Suzanne Goubely. A continuación se distribuyeron con éxito por todo el mundo, en particular por la famosa galería parisina La Demeure, fundada en 1950 por Denise Majorel, a quien conoció a través de François Tabard. Poco a poco, toda figuración religiosa y humana desapareció de las caricaturas de Dom Robert, para ser sustituida por representaciones de la naturaleza, que él percibía como habitada por Dios. Verdadera encarnación del misterio y la belleza de la creación divina, las plantas y los animales se convirtieron en objeto permanente de su atención. El monje realizó numerosos estudios de la naturaleza en sus cuadernos, esbozando el fruto de sus largas horas dedicadas a observar los paisajes que le rodeaban. Su enfoque contemplativo aunaba sus vocaciones de religioso y de artista: la contemplación de Dom Robert encarnaba así plenamente los dos aspectos de la definición, a saber, el acto de mirar las cosas y, a través de él, su unión con Dios. El testimonio de su fe residía así en sus tapices que, además de presentar la Revelación