Soldado dormido en piedra caliza tallada, parte de un retablo para una escena de Resurrección. Champaña, primer cuarto del siglo XVI H. 43 cm Zócalo (pequeñas carencias) Llama la atención el realismo con que el escultor muestra el cansancio y el sueño profundo de este soldado, perdido en imágenes que ocupan su mente. Esta expresión tan subjetiva, casi íntima, es característica de la escuela de Champaña de principios del siglo XVI. La psicología dramática de los personajes se expone sin fachada, lo íntimo sin pudor pero con sutileza y delicadeza. Este soldado custodia el cuerpo de un condenado a muerte que murió violentamente tras una tortura física. Las imágenes están presentes en su mente y esto aparece en esta escultura. En la basílica de San Juan Bautista de la misma ciudad se conserva una lápida del maestro de Chaumont; se pueden establecer comparaciones con nuestro soldado. En particular con el retrato de Geoffroy de Saint-Blin (fig.), esposo de la donante, Marguerite de Baudricourt. La barba bífida con sus hebras suaves, flexibles, casi sedosas, pero también las mejillas ahuecadas, las cejas marcadas, la nariz fina y puntiaguda con una línea dorsal curvada son elementos que permiten situar nuestra escultura en el entorno de esta producción del sur de Champaña de principios del siglo XVI. Libro consultado: Jacques Baudoin, La sculpture flamboyante en Champagne - Lorraine, coll La sculpture flamboyante, tome 2, éditions Créer, 1990, p 116