Null 
FLANDES ORIENTALES: Audenaerde, Melsele, Berchem-Audenaerde, Deinze, Deurl…
Descripción

FLANDES ORIENTALES: Audenaerde, Melsele, Berchem-Audenaerde, Deinze, Deurle... Alrededor de 65 postales, diversas épocas.

63 

FLANDES ORIENTALES: Audenaerde, Melsele, Berchem-Audenaerde, Deinze, Deurle... Alrededor de 65 postales, diversas épocas.

Las pujas estan cerradas para este lote. Ver los resultados

Podría interesarle

SULLY (Maximilien de Béthune de). Carta autógrafa firmada "Maximilian de Bethune", [dirigida a Pierre Jeannin]. París, mayo de 1609. 2 pp. gran folio, algunas manchas, tres márgenes reforzados. "Monsieur, j'ai veu par vos lettres et coppies des actes que m'avés envoyés comme toutes choses se sont passees touchant ce qui concerne les affaires de mon cousin le prince d'Espinoy, par toutes lesquelles choses je juge que vos preudence et fermetté d'esprit sont très necessaires en la conduite et résolution d'une affaire contestee et dont nul autre que vous n'aurait obtenu un tel avantage. Por lo tanto, mi dicho primo y yo le damos las gracias por las numerosas pruebas que nos ha dado y permaneceremos para siempre muy agradecidos a usted y decididos a corresponderle con toda clase de servicios. Ahora, sobre todo porque preveo que NO DEJARÁN DE HABER DISPUTAS Y ANIMOSITAS ENTRE EL PRÍNCIPE D'ESPINOY Y LA PRINCESA DE LIGNE, Y COMO SOY PARIENTE DE AMBOS DESEO RECONCILIARLOS y procurar que todas las cosas transcurran amigablemente, le ruego que usted mismo haga algunas propuestas a la Princesa de Ligne, ya sea de alianzas, matrimonios o sumisión de arbitrajes como mejor os parezca, pues lo que resolváis me someteré a ello, PERO OS RUEGO QUE LAS APERTURAS QUE HAGÁIS SEAN CONSIDERADAS DE TAL MANERA QUE NO PUEDAN PERJUDICAR LA VENTAJA EN QUE NOSOTROS NOS ENCONTRAMOS AHORA, A CAUSA DEL TRATADO DEL TREVE. En cuanto a las pretensiones que pueda tener la Princesa de Ligne después de expirado dicho tratado, es cosa que se remediará y que el tiempo aún puede facilitar, por lo que en modo alguno se me aconseja que se me retenga de esta consideración y aprehensión. En cuanto a los asuntos generales, no le escribiré nada sobre ellos, dejándolo todo a las cartas del Sr. de Villeroy y al informe que le hará el Sr. de Préaux [el Secretario de Estado Nicolas de Neufville, Señor de Villeroy, y Charles de L'Aubespine, Abad de Préaux, enviado extraordinario a los Países Bajos, futuro Guardián de los Sellos]. Le ruego continúe con el favor de sus buenas gracias y esté seguro de mi afecto y fiel servicio que son enteramente suyos. En esta verdad, beso sus manos...". JEANNIN ENVIADO EXTRAORDINARIO A LA HAYA En mayo de 1607, el presidente Jeannin había sido enviado a La Haya para ayudar al embajador Buzanval a negociar el reconocimiento de la independencia de las Provincias Unidas o al menos una tregua con España - Enrique IV le pidió también que estudiara un proyecto de Compañía Francesa de las Indias Orientales. En enero de 1608, Jeannin consigue la firma de un tratado de alianza entre Francia y las Provincias Unidas y, el 9 de abril de 1609, logra una tregua en las hostilidades entre España y las Provincias Unidas (Tratado de Amberes), que constituye un paso importante hacia el reconocimiento de la independencia de estas últimas. Regresa a París en el verano de 1609. DISPUTAS SUCESORIAS EN LA FAMILIA DE SULLY EN UN CONTEXTO DE TENSIONES EUROPEAS. El duque de Sully no sólo era tío lejano, sino también tutor de Guillaume de Melun (1588-1635), príncipe de Épinay (condestable hereditario de Flandes, senescal y gran bailío de Hainaut) y de la hermana de éste, Anne-Marie de Melun, princesa de Ligne. Huérfanos de padre desde 1594, llegaron a disputarse la herencia, el príncipe d'Épinay apoyado por Enrique IV a través de Sully, la princesa de Ligne apoyada por su marido a través del rey de España. Sully había conseguido en 1598 que el Tratado de Vervins incluyera una disposición específica relativa a sus protegidos, y volvió a conseguir en 1609 que el Tratado de Amberes les dedicara un artículo. PIERRE JEANNIN (1540-1623), uno de los grandes diplomáticos y ministros de los regímenes de Enrique IV y Luis XIII, era de origen modesto y llegó a ser presidente del Parlamento de Dijon (1581). Católico moderado, fue leal y entró al servicio del duque de Mayenne, para quien realizó varias misiones políticas y diplomáticas. En 1595, se unió a Enrique IV, que lo nombró Consejero de Estado al año siguiente y lo utilizó en importantes puestos diplomáticos. La tregua de 1609 entre las Provincias Unidas y España, de la que fue artífice, le valió los elogios de Scaliger, Barneveldt y el cardenal Bentivoglio. Tras el asesinato de Enrique IV, fue uno de los "barbones": Marie de Médicis le demostró su confianza nombrándole Superintendente de Finanzas, cargo que también ocupó bajo Luis XIII. En 1656 se publicó una recopilación de sus negociaciones diplomáticas.