Null Copa de concha (probablemente Tutufa bubo) montada en vermeil, que descansa…
Descripción

Copa de concha (probablemente Tutufa bubo) montada en vermeil, que descansa sobre una base circular lisa, prolongada a lo largo del cuerpo de la concha por hojas de agua lanceoladas y cinceladas con amaties. El interior de la concha está forrado de vermeil siguiendo los contornos de la concha. El asa, con volutas, está decorada con una hoja de acanto. Maestro orfebre Joseph BOUILLEROT, recibido en 1759. París, 1787-1788. Altura : 8,7 cm - Longitud : 13,5 cm - Peso bruto : 189,2 g Las conchas con monturas de plata y dorado, la mayoría de las veces con los sellos de Augsburgo o Núremberg, tuvieron mucho éxito en el siglo XVII y adornaron los gabinetes de curiosidades más importantes de la época. Sin embargo, este tipo de objetos fue menos frecuente en el siglo XVIII, sobre todo en París. La concha que presentamos aquí es, pues, un ejemplo muy singular y es posible que debamos su concepción al impulso de un comerciante. Las colecciones de conchas estaban muy de moda en el siglo XVIII, lo que incitó a los ebanistas a crear muebles específicos adaptados a la presentación de estas piezas de historia natural especialmente codiciadas. La elección de un comerciante de añadir un marco dorado a las conchas responde a esta lógica, convirtiendo así un elemento natural en un objeto precioso. (Sobre la importancia de las colecciones de conchas en Francia en los siglos XVII y XVIII, véase A. SCHNAPPER, Le géant, la licorne et la tulipe, 1988).

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Copa de concha (probablemente Tutufa bubo) montada en vermeil, que descansa sobre una base circular lisa, prolongada a lo largo del cuerpo de la concha por hojas de agua lanceoladas y cinceladas con amaties. El interior de la concha está forrado de vermeil siguiendo los contornos de la concha. El asa, con volutas, está decorada con una hoja de acanto. Maestro orfebre Joseph BOUILLEROT, recibido en 1759. París, 1787-1788. Altura : 8,7 cm - Longitud : 13,5 cm - Peso bruto : 189,2 g Las conchas con monturas de plata y dorado, la mayoría de las veces con los sellos de Augsburgo o Núremberg, tuvieron mucho éxito en el siglo XVII y adornaron los gabinetes de curiosidades más importantes de la época. Sin embargo, este tipo de objetos fue menos frecuente en el siglo XVIII, sobre todo en París. La concha que presentamos aquí es, pues, un ejemplo muy singular y es posible que debamos su concepción al impulso de un comerciante. Las colecciones de conchas estaban muy de moda en el siglo XVIII, lo que incitó a los ebanistas a crear muebles específicos adaptados a la presentación de estas piezas de historia natural especialmente codiciadas. La elección de un comerciante de añadir un marco dorado a las conchas responde a esta lógica, convirtiendo así un elemento natural en un objeto precioso. (Sobre la importancia de las colecciones de conchas en Francia en los siglos XVII y XVIII, véase A. SCHNAPPER, Le géant, la licorne et la tulipe, 1988).

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