GABRIELLE VINCENT

GABRIELLE VINCENT ERNEST Y CÉLESTINE Ernest est malade, Éditions Duculot 1987 Le Réveil, ilustración original. Acuarela y gouache 23,6 × 17,6 cm (9,29 × 6,93 pulg.) Siméon se está portando bien bajo su manta: Célestine ha cuidado bien de él, como preludio del día que le espera. Pero aunque está entusiasmada con el día que le espera, una pregunta la atormenta: ¿por qué no ha venido Ernesto a despertarla? Es demasiado pronto para que el caos del desorden de Celestine se haya apoderado de ella, pero está a punto de emerger como esos cajones dispuestos a liberar todo su contenido y la lámpara que sigue la misma peligrosa inclinación. Si queremos entender el arte de Gabrielle Vincent, el desorden es fundamental, porque es portador de energía y significado. Preside su visión de lo que quiere transmitir a los niños (y a cualquier adulto que pueda leerlo con o sin ellos) a través de Ernest y Célestine. En 1994 escribió en sus Carnets intimes acerca de un artículo en el que aparecían Ernest y Célestine: "Estoy encantada de haber encontrado el artículo Éloge du désordre. Se lo enviaré a todos mis amigos".