GABRIELLE VINCENT

GABRIELLE VINCENT ERNEST Y CÉLESTINE Musiciens des rues, Éditions Duculot 1981 Négociation musicale, ilustración original. Acuarela sobre papel 24,1 × 17 cm (9,49 × 6,69 pulg.) Célestine vuelve a suplicar a Ernest; esta vez incluso ha ido a buscarlo a su habitación. Pero ¿por qué Ernest, que siempre cede tan rápidamente a sus excéntricos caprichos, porque en el fondo a menudo corresponden a proyectos que le motivan, se muestra tan cauto? Es porque quiere volver a lo que ha abandonado: la música, y a través de ella, su pasado y sus orígenes. Célestine se muestra tierna, suplicante pero sin presionar; sin duda intuye que la música es un tema sensible para Ernest; el regreso a sus raíces, se sumerge en su pasado; nos sentimos perdidos, y por una vez no abusa de ello; la música no es cosa de risa. Si nos fijamos en el decorado, en el fondo con los marcos, el perchero, el sombrero, podríamos pensar que estamos en un cuadro holandés; la gama cromática es muy pequeña, y sin embargo se ven mil matices, la cama bañada en luz, luz que se desvanece pero que sigue iluminando a Ernest y a Célestine.