BAR2

BAR2 EQUIPO JOE BAR Volumen 1, Vents d'Ouest, 1990 Lámina original nº 41, prepublicada en Moto Journal en 1989-1990. Las filacterias de las casillas 2 y 9 se realizaron sobre soportes fijados al original. Firmado. Tinta china y gouache blanco sobre papel 33 × 39,2 cm (12,99 × 15,43 pulg.) El espíritu motero... Este término viene de lejos y hace referencia a la gran solidaridad que reinaba entre los moteros. Esto se debía a que, hasta finales de los años 70, las motos -especialmente las europeas- no siempre eran muy fiables, y no era raro encontrarse con un motorista retocando su máquina al borde de la carretera. Afortunadamente para él, el espíritu motero sigue vivo. Y si, por casualidad, uno de sus compañeros pasaba por allí, el desafortunado motorista podía contar con la ayuda del recién llegado. Y a veces a su costa, como en la placa que se muestra aquí. "El espíritu motero era un componente importante del folclore motociclista de la época. Y era imperativo encontrar un gag en torno a ese espíritu. Y, si era posible, burlarse un poco de él. Porque soy una mala persona. Para ello, los buenos samaritanos que acudían al rescate de un motorista varado tenían que ser lo suficientemente celosos y estúpidos como para no ayudarle, sino empeorar mucho la situación. Me gusta este gag. Sobre todo porque me dio la oportunidad de caricaturizar a mi amigo Pierre Vedel, motorista hasta la médula, cuyo rostro singular, impetuosidad y actitud de la vieja escuela le convertían en el candidato perfecto para interpretar al motorista averiado. De hecho, interpretó tan bien el papel que no pude resistirme a traerlo de nuevo al redil diez años después, en el Volumen 5.