Null Una máscara de danza pwo que encarna la belleza idealizada de la mujer, aún…
Descripción

Una máscara de danza pwo que encarna la belleza idealizada de la mujer, aún mostrando mutilaciones dentales y escarificaciones, de un bello estilo está tallada en la madera apropiada, su tocado y red no parecen muy antiguos o como si el interior de la máscara pudiera haber sufrido las inclemencias del tiempo; siendo esto así es perfectamente auténtica Tchokwe, Angola Madera, fibras vegetales, pigmentos, desgaste visible y pequeños accidentes, pátina de uso. H. 18,5 cm Procedencia : - Christine Valluet, París. - Colección Nadine Vinot-Postry, París.

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Una máscara de danza pwo que encarna la belleza idealizada de la mujer, aún mostrando mutilaciones dentales y escarificaciones, de un bello estilo está tallada en la madera apropiada, su tocado y red no parecen muy antiguos o como si el interior de la máscara pudiera haber sufrido las inclemencias del tiempo; siendo esto así es perfectamente auténtica Tchokwe, Angola Madera, fibras vegetales, pigmentos, desgaste visible y pequeños accidentes, pátina de uso. H. 18,5 cm Procedencia : - Christine Valluet, París. - Colección Nadine Vinot-Postry, París.

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Máscara Punu, Gabón Madera Dimensiones: 30,5 x 15 x 16,5 cm Procedencia: Colección privada, Francia Colección privada, Francia Emblema esencial del arte africano desde finales del siglo XIX, el corpus de máscaras Punu fue uno de los primeros en ser celebrados por los modernistas (William Rubin, "Primitivism" in 20th Century Art, 1984, p. 300). La máscara Okuyi era llevada durante danzas acrobáticas por hombres encaramados sobre zancos, y la existencia de estos rituales fue señalada ya a mediados del siglo XIX por el explorador Paul du Chaillu. Su belleza es un eco, un himno, una resonancia del poder y la importancia de la mujer en la organización social de los Punu. Encarnando sutilmente, a su vez, el espíritu del antepasado y la belleza femenina, el aspecto idealizado, la dulzura y la belleza de la máscara combinan y celebran dos entidades opuestas, dos dualidades: la juventud y la muerte, la belleza sensual y la serenidad del antepasado y del mundo de los espíritus. Apartándose del corpus clásico, el rostro y la superficie, tradicionalmente empolvados con caolín, presentan en este raro ejemplar una pátina marrón claro, casi miel según la luz. A la suavidad uniforme de este color corresponden sus curvas y rasgos delicados, impregnados de una profunda calma y suave serenidad. La sensibilidad de la mirada, subrayada por las cejas arqueadas y ligeramente levantadas, y los ojos semicerrados, finamente escarificados, expresan y simbolizan una visión interior, un vínculo entre los vivos y los muertos. La boca, ligeramente dobladillada y asimétrica, revela una leve sonrisa. El delicado y refinado tocado consiste en una sobria concha axial cincelada. Este tipo de tocado ceremonial estaba muy extendido en el siglo XIX en la parte occidental de Gabón, entre los Aduma y los Punu de Ngounié.