Descripción
PANTALLA DE CUERO CORDELADO, SIGLO XIX Biombo de cuero repujado de tres hojas con decoración verde, marrón, ocre y dorada de reservas de escudos y cartela con aves sobre fondo de ramas floridas. (Daños en una hoja) Biombo de cuero cordobés del siglo XIX Dimensiones de una hoja : 198 X 66 X 3,5 CM - 77.95 X 25.98 X 1.18 IN. 200 x 198 x 15 CM - 78,7 x 77,95 x 5,9 IN. - - El cuero de Córdoba, también llamado Guadamacile, es una piel de cabra o vaca curtida con la goma-resina de un arbusto, grabada, repujada y a veces pintada o dorada. Esta técnica apareció en Europa, en el sur de España, tras la conquista del país por los árabes. Su fama se extendió a partir del siglo XIII: entonces se transportó a Francia, Italia y Flandes, sobre todo con la llegada de los Habsburgo españoles al poder. A finales del siglo XVI, el cuero de Córdoba se hizo muy popular, utilizándose para cubrir cofres, paneles o, como en este caso, biombos. También fue sustituyendo paulatinamente a las alfombras murales antes de dar paso a los tejidos pintados en el siglo XVIII. Los efectos de relieve y decoración se obtienen mediante una sucesión de delicadas operaciones: repujado, moldeado, repujado, martillado, golpeado con hierros, punzonado, grabado, decoración con pan de plata o de cobre, o incluso de oro. El resultado confiere a la piel el aspecto de la madera tallada o de la marquetería más fina.
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PANTALLA DE CUERO CORDELADO, SIGLO XIX Biombo de cuero repujado de tres hojas con decoración verde, marrón, ocre y dorada de reservas de escudos y cartela con aves sobre fondo de ramas floridas. (Daños en una hoja) Biombo de cuero cordobés del siglo XIX Dimensiones de una hoja : 198 X 66 X 3,5 CM - 77.95 X 25.98 X 1.18 IN. 200 x 198 x 15 CM - 78,7 x 77,95 x 5,9 IN. - - El cuero de Córdoba, también llamado Guadamacile, es una piel de cabra o vaca curtida con la goma-resina de un arbusto, grabada, repujada y a veces pintada o dorada. Esta técnica apareció en Europa, en el sur de España, tras la conquista del país por los árabes. Su fama se extendió a partir del siglo XIII: entonces se transportó a Francia, Italia y Flandes, sobre todo con la llegada de los Habsburgo españoles al poder. A finales del siglo XVI, el cuero de Córdoba se hizo muy popular, utilizándose para cubrir cofres, paneles o, como en este caso, biombos. También fue sustituyendo paulatinamente a las alfombras murales antes de dar paso a los tejidos pintados en el siglo XVIII. Los efectos de relieve y decoración se obtienen mediante una sucesión de delicadas operaciones: repujado, moldeado, repujado, martillado, golpeado con hierros, punzonado, grabado, decoración con pan de plata o de cobre, o incluso de oro. El resultado confiere a la piel el aspecto de la madera tallada o de la marquetería más fina.