François-Xavier LALANNE (1927-2008). Lámpara "Paloma". Cobre patinado y reflector de vidrio opalino, estampada con el monograma "FXL", sello de edición Artcurial, y numerada 739/900. Alrededor de 1991. Altura : 20 20 - Anchura: 14 - Longitud: 27 cm Procedencia : Adquirido en la galería Artcurial de París por su actual propietario. Bibliografía : Daniel Abadie, Lalanne(s), París, Editions Flammarion, 2008, p.131. François-Xavier Lalanne comenzó estudiando pintura en la Académie Julian. Rápidamente se alejó de ella y se interesó por la escultura bajo la influencia de François Pompon y Constantin Brancusi, cuyo taller estaba al lado del suyo, en la Impasse Ronsin de París. En su juventud, como vigilante del Museo del Louvre, pasó largas horas contemplando las galerías de esculturas, confirmando así sus aspiraciones. Con su esposa Claude, presentaron su primera exposición en la galería de Pierre Restany en 1964. En la galería del pope del Nuevo Realismo, expusieron obras híbridas a caballo entre la escultura y el mobiliario; un rinoceronte que desvelaba un escritorio o una cama de lata de sardinas. Ya no era el momento de la escultura animal, pero el éxito fue inmediato. El objetivo de François-Xavier Lalanne es desmitificar la escultura, llevarla a nuestra vida cotidiana y a nuestros interiores, elevar el objeto de arte. En este mantra, el mundo animal es una fuente inagotable de inspiración. Para este amante de la naturaleza, la vida salvaje no es sinónimo de tierras lejanas, tanto el caracol de nuestro campo como la paloma de ciudad son "tan salvajes como un gran gato montés africano". Esta extraña ave, que ha venido a prestar su forma a una lámpara, da fe de ello. Erguido con orgullo sobre sus patas, el pájaro se pavonea y resopla con su pecho de cristal opalino protegido por unas alas de bronce patinado cobrizo. Con su maravilloso y poético bestiario que mezcla escultura y arte decorativo, François-Xavier Lalanne demuestra que no hay jerarquía entre las artes.