Null Buda Amitayus. China, periodo Qianlong, 1770.
Bronce dorado.
Sellado en el …
Descripción

Buda Amitayus. China, periodo Qianlong, 1770. Bronce dorado. Sellado en el interior de la base. Con la inscripción "Respetuosamente realizado en el año de Geng Yin, Qianlong, dinastía Qing" en el anverso. Según el método tradicional chino de contar los años, el año Geng Yin corresponde al 60 cumpleaños del emperador Quianlong. Paralelos: Una copia, aunque con un jarrón como atributo, se expuso y publicó en Chang Foundation, Taipei, Buddhist Images in Gilt Metal, Taipei, 1993, n.º 21. Este ejemplar de Amitayus sentado fue uno de los encargados por el emperador Qianlong para celebrar su sexagésimo cumpleaños, así como el de la emperatriz viuda. No conserva el atributo que sostiene en sus manos. La estabilidad de la pieza se ve afectada por un desnivel en la parte inferior de la base. Medidas: 20 x 11 x 9 cm. Amitayus, el Buda de la Vida Eterna y de la Luz Eterna, ha sido representado con singular refinamiento en esta escultura de bronce dorado. Sentado en posición de loto, con las manos ejecutando un mudra, descansa sobre un pedestal de formas vegetales caladas. Con las manos ejecuta el mudra de la meditación, una actitud de contemplación interior y de disposición a escuchar y recibir lo que se nos transmite. Los párpados están ligeramente doblados como símbolo de concentración espiritual y pureza por su similitud con los pétalos del loto. El rostro sereno está iluminado por una sonrisa apenas insinuada. Una línea sinuosa sigue el perfil de los labios, marcando con similar delicadeza el arco perfecto de las cejas, las cuencas oculares almendradas y el puente de la nariz. Cada curva ha sido meditada y equilibrada para comunicar la serenidad propia de un ser perfecto. Los alargados lóbulos de las orejas aluden a los grandes pendientes que llevaban los miembros de las clases nobles y representan los conceptos de grandeza, nobleza y sabiduría. En este caso, la figura luce suntuosos pendientes, y el cuidado puesto en la ornamentación continúa en las ristras de joyas de los collares. El tocado se remata con un moño en forma de pagoda, esta asimilación del peinado al templo budista es típica del arte budista. La figura se completa con una luz de fondo totalmente desmontable.

Buda Amitayus. China, periodo Qianlong, 1770. Bronce dorado. Sellado en el interior de la base. Con la inscripción "Respetuosamente realizado en el año de Geng Yin, Qianlong, dinastía Qing" en el anverso. Según el método tradicional chino de contar los años, el año Geng Yin corresponde al 60 cumpleaños del emperador Quianlong. Paralelos: Una copia, aunque con un jarrón como atributo, se expuso y publicó en Chang Foundation, Taipei, Buddhist Images in Gilt Metal, Taipei, 1993, n.º 21. Este ejemplar de Amitayus sentado fue uno de los encargados por el emperador Qianlong para celebrar su sexagésimo cumpleaños, así como el de la emperatriz viuda. No conserva el atributo que sostiene en sus manos. La estabilidad de la pieza se ve afectada por un desnivel en la parte inferior de la base. Medidas: 20 x 11 x 9 cm. Amitayus, el Buda de la Vida Eterna y de la Luz Eterna, ha sido representado con singular refinamiento en esta escultura de bronce dorado. Sentado en posición de loto, con las manos ejecutando un mudra, descansa sobre un pedestal de formas vegetales caladas. Con las manos ejecuta el mudra de la meditación, una actitud de contemplación interior y de disposición a escuchar y recibir lo que se nos transmite. Los párpados están ligeramente doblados como símbolo de concentración espiritual y pureza por su similitud con los pétalos del loto. El rostro sereno está iluminado por una sonrisa apenas insinuada. Una línea sinuosa sigue el perfil de los labios, marcando con similar delicadeza el arco perfecto de las cejas, las cuencas oculares almendradas y el puente de la nariz. Cada curva ha sido meditada y equilibrada para comunicar la serenidad propia de un ser perfecto. Los alargados lóbulos de las orejas aluden a los grandes pendientes que llevaban los miembros de las clases nobles y representan los conceptos de grandeza, nobleza y sabiduría. En este caso, la figura luce suntuosos pendientes, y el cuidado puesto en la ornamentación continúa en las ristras de joyas de los collares. El tocado se remata con un moño en forma de pagoda, esta asimilación del peinado al templo budista es típica del arte budista. La figura se completa con una luz de fondo totalmente desmontable.

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