Charles-Edouard JEANNERET conocido como LE CORBUSIER (1887-1965) Tres pescadoras de Arcachon, 1936 Pasteles al óleo y lápices de color sobre papel de trapo. Firmado y fechado abajo a la derecha. (Pequeñas manchas a la izquierda). 21 x 26,6 cm Se entregará al comprador un certificado del Sr. Éric Mouchet, fechado el 20 de febrero de 2023. Tres pescadoras de Arcachon (1936) es un dibujo muy interesante en muchos aspectos: nos habla de las vacaciones y, por tanto, de la vida privada, del atractivo de las culturas vernáculas, de la expresividad de las manos y los pies de las figuras que Le Corbusier pinta y del "Matrimonio de los contornos". Le Corbusier se casó en 1930, y su estilo de vida, antes estudioso, le dejó ahora cierto margen para el ocio. Al igual que la intelectualidad artística de la época, en particular Jean Cocteau, Le Corbusier y su esposa Yvonne pasan sus vacaciones en la cuenca de Arcachon, precisamente en Piquey. El tiempo libre, sinónimo de juegos, bailes, playa, música y, sobre todo, amistad, empezó a invadir los dibujos de Le Corbusier y ya nunca los abandonó. Estas vacaciones eran la ocasión de descubrir la artesanía local, que apasionaba legítimamente al arquitecto. Desde sus viajes de juventud en 1907 y sobre todo en 1911, de los que había traído numerosas cerámicas populares de los Balcanes, Le Corbusier expresaba regularmente este interés en sus cuadernos de bocetos y de notas. Como se ve en este dibujo, estas pescadoras llevan dos objetos típicos de la bahía de Arcachon: llevan un gran tocado reconocible, al que Le Corbusier dedicará varios dibujos más, y una de ellas lleva a la espalda un patín de barro llamado "mastoun", utilizado para evitar hundirse, y que consiste en una gran tabla cuadrada que deja la huella de la cruz en el suelo húmedo, con la que su parte inferior está equipada para evitar que se deslice. Le Corbusier se fijó evidentemente en el sorprendente diseño de estas cruces sucesivas impresas en el barro de la cuenca y lo transcribió en ciertos cuadros de la época. Desde un punto de vista más estilístico, también aquí se aprecia el cuidado que puso el artista en el dibujo de los pies y las manos de las figuras, y la fuerza que emana de ellos. Por último, este dibujo muestra algunos indicios de un concepto gráfico muy apreciado por Le Corbusier, que él llamaba el "Matrimonio de los contornos". Consiste en construir composiciones en las que una sola línea dibuja dos figuras, al igual que el trazo del lápiz del arquitecto delimita dos espacios. Las curvas de los cuerpos fueron el motivo favorito de La Corbusier para practicar este ejercicio intelectual durante los años treinta. Aquí podemos ver que el contorno de dos brazos o dos piernas puede ser el resultado de un solo trazo, lo que influye naturalmente en toda la composición y exige del artista un profundo conocimiento de la morfología humana.