Null Atribuido a Claude-Marie DUBUFE (París, 1790 - La Celle-Saint-Cloud, 1864)
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Descripción

Atribuido a Claude-Marie DUBUFE (París, 1790 - La Celle-Saint-Cloud, 1864) El despertar Óleo sobre lienzo. Hacia 1830 En su marco dorado original de la época de Carlos X. 58,5 x 73 cm. (Restauraciones y repintes). Destinado por su familia a la carrera consular, el joven Claude-Marie Dubufe entró como aficionado en el taller de David, quien se dio cuenta de su talento e intentó convencer a su padre para que le dejara hacerse pintor. En 1810, fue aceptado en el Salón con Apollo y Cyparisse, y viajó a Italia. En Palermo, le presentan a la familia Orleans, cuyos retratos pinta. Esta protección hizo que se convirtiera en uno de los grandes retratistas de la Restauración, a quien le llegaron encargos de la nobleza y de la alta burguesía. En 1827, Dubufe emprende una serie de figuras expresivas cuyo encanto se torna a veces en erotismo, imágenes de bellas mujeres que encarnan sentimientos como la Modestia, el Candor, el Abandono, la Desesperación, etc. Otras son sorprendidas en momentos de miedo, y a menudo son objeto de una serie de retratos. Otras son captadas en momentos íntimos como Le Sommeil o Le Réveil. Les Regrets y Les Souvenirs se tradujeron en litografías de las que se vendieron ¡más de 80.000 ejemplares! Estos éxitos hicieron que Dubufe fuera considerado un pintor comercial, pero Baudelaire vio en él a uno de los mejores pintores de la mujer romántica.

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Atribuido a Claude-Marie DUBUFE (París, 1790 - La Celle-Saint-Cloud, 1864) El despertar Óleo sobre lienzo. Hacia 1830 En su marco dorado original de la época de Carlos X. 58,5 x 73 cm. (Restauraciones y repintes). Destinado por su familia a la carrera consular, el joven Claude-Marie Dubufe entró como aficionado en el taller de David, quien se dio cuenta de su talento e intentó convencer a su padre para que le dejara hacerse pintor. En 1810, fue aceptado en el Salón con Apollo y Cyparisse, y viajó a Italia. En Palermo, le presentan a la familia Orleans, cuyos retratos pinta. Esta protección hizo que se convirtiera en uno de los grandes retratistas de la Restauración, a quien le llegaron encargos de la nobleza y de la alta burguesía. En 1827, Dubufe emprende una serie de figuras expresivas cuyo encanto se torna a veces en erotismo, imágenes de bellas mujeres que encarnan sentimientos como la Modestia, el Candor, el Abandono, la Desesperación, etc. Otras son sorprendidas en momentos de miedo, y a menudo son objeto de una serie de retratos. Otras son captadas en momentos íntimos como Le Sommeil o Le Réveil. Les Regrets y Les Souvenirs se tradujeron en litografías de las que se vendieron ¡más de 80.000 ejemplares! Estos éxitos hicieron que Dubufe fuera considerado un pintor comercial, pero Baudelaire vio en él a uno de los mejores pintores de la mujer romántica.

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