HORACE VERNET PARIS, 1789 - 1863

Retrato del conde François Joseph Marie Clary (1786-1841) como húsar Óleo sobre lienzo (lienzo original) 31 x 24 cm PROCEDENCIA Colección privada, Turín (Italia). Nacido en los albores de una Revolución y testigo de los inicios de un siglo cuyas batallas jalonaron a cañonazos el destino político de Francia, Horace Vernet se inspiró en el tumulto de la acción militar para convertirse en uno de los pintores más célebres de su época. Nuestro cuadro no es sólo una escena de batalla, sino el retrato de un hombre: el conde François Joseph Marie Clary (1786 - 1841), conocido como Marius Clary. Nacido el 3 de octubre de 1786 en Marsella, Clary se alistó voluntariamente en el 9º Regimiento de Dragones en 1803, participó en la campaña de Austria y se distinguió durante la batalla de Austerlitz, el 2 de diciembre de 1805. Ayudante de campo de José Bonaparte, su tío político, sirvió en Nápoles en 1806 y participó en las campañas de Prusia y Polonia. A partir de 1810, decide ponerse al servicio de su tío, convertido en rey de España, antes de regresar a Francia en 1813. Nombrado coronel del 1er regimiento de húsares, dirigió a sus hombres en las campañas de Sajonia, donde su valentía quedó ilustrada durante la batalla de Leipzig, el 16 de octubre de 1813. El uniforme que viste Clary corresponde a este momento de su carrera. El color de la tela es azul, como lo confirma la versión definitiva del cuadro, probablemente expuesto en el Salón de 1817 (los archivos mencionan el Retrato del coronel C***) y conservado actualmente en el Museo Massey de Tarbes (fig. 1). Así, el schako negro con penacho blanco, el pelisse y el dolman azules, el cinturón rojo y los calzones escarlata a la húngara decorados con trenzas doradas son los rasgos distintivos de los húsares del 1er regimiento entre 1813 y 1818. del 1er regimiento entre 1813 y 1814. Sin embargo, Vernet no sólo se sirve del uniforme para dibujar el retrato de este soldado que marcó su época. La nobleza del coronel se inmortaliza en plena batalla: su caballo al galope, cuya capa blanca está ligeramente moteada y adornada con un schabraque de piel de leopardo, parece encabritarse al atravesar un obstáculo para cargar hacia el enemigo en esta carga general en la que suenan las trompetas, se alzan los fusiles y el puño francés saca a relucir los sables.