Escuela española del siglo XVII. Taller de JOSÉ DE RIBERA (Xátiva, Valencia, 1591 - Nápoles, 1652). "San Francisco de Asís". Óleo sobre lienzo. Revestido. Marco de época. Medidas: 84,5 x 62 cm; 98 x 76 cm (marco). Esta notable representación de San Francisco en oración está estrechamente relacionada con el San Francisco firmado por José de Ribera perteneciente a la colección Masaveu, siendo también muy próxima al modelo conservado en la colección Sabatello de Roma, fechado en 1641, y considerado obra del taller del maestro. El éxito del artista y los innumerables encargos que recibía, especialmente para estas obras de piedad, justificaron la creación de un extenso taller para satisfacer la demanda, un taller que realizaba versiones siguiendo los originales del maestro, quien a veces participaba con su pincelada magistral en estas obras, creando piezas realizadas en colaboración entre el artista y el taller; esto es lo que el profesor Nicola Spinosa sugiere que debió ocurrir en este lienzo: dada la calidad de ciertos detalles, como los ojos cansados y acuosos o los nervios de las manos apretadas sobre el pecho, debieron ser ejecutados por el maestro, con un pincel de su taller terminando la composición. El santo está representado de medio cuerpo, ligeramente inclinado, con las manos cruzadas sobre el pecho en pose piadosa, sosteniendo un crucifijo. Su mirada se eleva hacia el cielo en una actitud de recogimiento espiritual. La pincelada gruesa define una figura rotunda, de profunda humanidad, con gran economía de color, limitado a la gama de los marrones, que no hace sino enfatizar el mensaje de humildad y sencillez mística que el santo propugnó a lo largo de su vida. José de Ribera, conocido como el Españoleto, fue un maestro clave del Barroco español y de la historia del arte europeo en general. Aunque no se conservan fuentes documentales ni testimonios de su juventud, se cree que se formó con Francisco Ribalta en Valencia, tras lo cual marchó a Italia, primero al norte y más tarde a Roma, donde conoció de primera mano a los clasicistas y el tenebrismo de los holandeses allí establecidos. Finalmente se instaló en Nápoles, adonde llegó en 1616. Comienza entonces su periodo de madurez y esplendor; Ribera goza de fama y de un gran estudio, y sus obras se difunden por toda Europa a través del grabado. Trabajó para virreyes y altos funcionarios de origen español en Nápoles, y muchas de sus obras llegaron pronto a España. De hecho, fue famoso en su país natal, y de hecho el propio Velázquez le visitó en 1630. En la actualidad, las obras de Ribera se encuentran en el Prado, el Louvre, Capodimonte, el Museo de Bellas Artes de Budapest, el Hermitage de San Petersburgo, los museos Kunsthistorisches y Liechtenstein de Viena, el J. Paul Getty de Los Ángeles, el Art Institute de Chicago, el Metropolitan de Nueva York, la National Gallery y la Royal Collection de Londres, la Galería Borghese de Roma y otras importantes pinacotecas de Europa, América y Asia.