Null Máscara con cresta de Bidjogo, Guinea-Bisseau
Madera, tela, cuernos, pigmen…
Descripción

Máscara con cresta de Bidjogo, Guinea-Bisseau Madera, tela, cuernos, pigmentos, material de unción H. 23 cm - An. 31 cm Procedencia : Colección Paul y Jacqueline Canfère adquirida a Jean-Michel Huguenin (según información oral de los descendientes). Los bidjogo viven en el archipiélago de Bissagos, frente a las costas de Guinea-Bissau. En un estilo realista, crean máscaras zoomorfas, cada una de las cuales indica el estatus social del portador. Entre las máscaras más extendidas, bailadas durante las ceremonias rituales por hombres y jóvenes, están las de búfalo. El dung'be, que representaba al buey domesticado, encarnaba y simbolizaba la plena posesión de la fuerza física del joven que lo llevaba en el momento de la iniciación o a su término. La cabeza rechoncha, achatada e imponente, con dos verdaderos cuernos, los ojos circulares, en forma de pequeña bola, colocados en posición casi lateral, acentúan la intensidad de la mirada con un campo más amplio. La boca rectangular bien abierta. La posición de los altos cuernos curvados hacia el espectador y la cara ligeramente inclinada hacia delante animan el rostro con vitalidad, como si el animal representado estuviera listo para abalanzarse. El conjunto está cubierto de una gruesa costra de sustancia terrosa y fibras vegetales.

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Máscara con cresta de Bidjogo, Guinea-Bisseau Madera, tela, cuernos, pigmentos, material de unción H. 23 cm - An. 31 cm Procedencia : Colección Paul y Jacqueline Canfère adquirida a Jean-Michel Huguenin (según información oral de los descendientes). Los bidjogo viven en el archipiélago de Bissagos, frente a las costas de Guinea-Bissau. En un estilo realista, crean máscaras zoomorfas, cada una de las cuales indica el estatus social del portador. Entre las máscaras más extendidas, bailadas durante las ceremonias rituales por hombres y jóvenes, están las de búfalo. El dung'be, que representaba al buey domesticado, encarnaba y simbolizaba la plena posesión de la fuerza física del joven que lo llevaba en el momento de la iniciación o a su término. La cabeza rechoncha, achatada e imponente, con dos verdaderos cuernos, los ojos circulares, en forma de pequeña bola, colocados en posición casi lateral, acentúan la intensidad de la mirada con un campo más amplio. La boca rectangular bien abierta. La posición de los altos cuernos curvados hacia el espectador y la cara ligeramente inclinada hacia delante animan el rostro con vitalidad, como si el animal representado estuviera listo para abalanzarse. El conjunto está cubierto de una gruesa costra de sustancia terrosa y fibras vegetales.

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