HAINS Raymond (1926-2005) Sin título (Lombardos) Cartel roto Firmado y fechado en 1974 abajo a la derecha Medidas del motivo : 23 x 81 cm - Medidas del marco : 34 x 96 cm Pieza enmarcada Procedencia : colección privada Nota : Raymond Hains era en persona ese pasaje entre la vida y el arte, del que todo el mundo habla siempre, pero que él encarnaba auténticamente. La vida de Raymond fue ejemplar. Con la presencia del arte en su vida, del arte como estrategia vital, demostró que los campos de la palabra, de la imagen, pero también las obras artísticas anteriores o contemporáneas, eran su campo privilegiado de investigación. Es aquí donde Hains nos recuerda que el arte es en sí mismo una subversión de los códigos, y que lo que debe interesarnos en primer lugar es nuestra propia manera de vivir. Demuestra una inventiva intachable a lo largo de sus diversos periodos, todos ellos de gran intensidad poética. Hains era también un mago, en el sentido en que Dalí, Burroughs o Brion Gysin hablaban del arte como magia. Por un lado, fijar ideas, determinar puntos de anclaje, determinar una topografía. Por otra parte, la cuestión óptica, la imagen, el color, que haríamos mal en ignorar en una obra como la de Raymond Hains. Los colores impresos en los carteles presentan tonos ausentes de la paleta de los pintores. "Hay circunstancias que son extremadamente extrañas. Por eso me convertí en un estructuralista mostachista, un dialéctico de perogrulladas. Raymond Hains El propio viaje de Raymond Hains es una exposición (en todos los sentidos de la palabra) de la vida poética contemporánea, una deriva a través del laberinto de palabras, imágenes y cambios de significado. Bajo una apariencia lúdica y humorística, Hains crea un sistema que encanta, divierte y desafía, a caballo entre la deriva situacionista y la asociación libre, donde todo parece surgir como de un sueño, de la hipnagogia, aunque todo sea verdad. En este sentido, Hains es siempre o de nuevo un Nuevo Realista, generador de una nueva realidad, un artista único que ofrece una visión diferente de la realidad, la suya propia, al tiempo que sugiere que ese camino existe en cada uno de nosotros, que cada uno de nosotros está llamado a vivir, reinterpretar, reinventar su vida. Marc Dachy, Langue de cheval et facteur temps, Actes Sud, 1998