Null Bandeja. China, Quianlong, siglo XVIII.
Porcelana esmaltada.
Medidas: 31 x …
Descripción

Bandeja. China, Quianlong, siglo XVIII. Porcelana esmaltada. Medidas: 31 x 38 cm. Bandeja de porcelana esmaltada en la que destaca la bicromía entre el azul cobalto y el blanco. El fondo presenta un paisaje típicamente chino, con edificios de tejados alabeados, pagodas y puentes. Es de forma octogonal, con el borde decorado con una amplia greca. El emperador Qianlong, miembro de la dinastía Qing, gobernó China de 1736 a 1795, y es recordado hoy como uno de los emperadores más cultos y uno de los más importantes en cuanto a coleccionismo de arte. Su largo reinado fue un momento especialmente interesante de la historia china. En aquella época, el país era la nación más rica y poblada del mundo. Qianlong fue capaz de preservar y fomentar sus propias tradiciones guerreras y cazadoras manchúes, y combinarlas con la adopción de los principios confucianos de liderazgo político y cultural, logrando así un gobierno eficaz y estable. De hecho, fue su capacidad para adoptar las costumbres chinas, sin dejar de honrar su tradición manchú, lo que le convirtió en uno de los emperadores más exitosos de la dinastía Qing. Qianlong estudió pintura china y disfrutó especialmente con el arte de la caligrafía, que gozaba de gran prestigio en esta cultura, concebida de hecho como la más elevada de las artes.

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Bandeja. China, Quianlong, siglo XVIII. Porcelana esmaltada. Medidas: 31 x 38 cm. Bandeja de porcelana esmaltada en la que destaca la bicromía entre el azul cobalto y el blanco. El fondo presenta un paisaje típicamente chino, con edificios de tejados alabeados, pagodas y puentes. Es de forma octogonal, con el borde decorado con una amplia greca. El emperador Qianlong, miembro de la dinastía Qing, gobernó China de 1736 a 1795, y es recordado hoy como uno de los emperadores más cultos y uno de los más importantes en cuanto a coleccionismo de arte. Su largo reinado fue un momento especialmente interesante de la historia china. En aquella época, el país era la nación más rica y poblada del mundo. Qianlong fue capaz de preservar y fomentar sus propias tradiciones guerreras y cazadoras manchúes, y combinarlas con la adopción de los principios confucianos de liderazgo político y cultural, logrando así un gobierno eficaz y estable. De hecho, fue su capacidad para adoptar las costumbres chinas, sin dejar de honrar su tradición manchú, lo que le convirtió en uno de los emperadores más exitosos de la dinastía Qing. Qianlong estudió pintura china y disfrutó especialmente con el arte de la caligrafía, que gozaba de gran prestigio en esta cultura, concebida de hecho como la más elevada de las artes.

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