Jean-François RAFFAELLI (París, 1850-1924) Pescadores a la luz de la luna Óleo sobre lienzo Firmado y fechado en 1897 abajo a la izquierda 93,5 x 134,5 cm Estampado en el reverso: P. Aprin (casa de suministros para pintores) Marco de madera natural con borde interior biselado dorado Procedencia : - Lote nº 29 de la venta Damien Libert, Drouot-Richelieu, 16 de diciembre de 2015 (erróneamente fechado en 1898). - colección privada Informe sobre el estado de conservación: restauraciones y repintados. Pequeños daños (lagunas de pintura) hacia los bordes del lienzo, así como grietas. Marco enrasado. En la primera parte de su vida como pintor, Raffaelli apreciaba los temas naturalistas y vinculaba sus elecciones pictóricas a una forma de tristeza y desesperación personales. Le gustaba retratar a la gente menuda de los suburbios parisinos donde vivía, en Asnières: traperos, mendigos, campesinos pobres, viejos caldereros, vagabundos, granjas y tugurios... A pesar de sus diferencias estilísticas, Raffaelli participó en las exposiciones colectivas impresionistas de 1881 y 1882. Sin embargo, algunos artistas, entre ellos Claude Monet, pronto pidieron que se le retirara del grupo, ya que sus temas excesivamente torturados no correspondían, en su opinión, a su movimiento. Esta ruptura no le impidió proseguir una carrera de éxito, como demuestran una mención honorífica en el Salón de Artistas Franceses de 1885 y una medalla de oro en la Exposición Universal de 1889 (medalla que le valió el rango de Caballero de la Legión de Honor). En 1895, Raffaelli viajó por Europa y Estados Unidos. Fue expuesto por Paul Durand-Ruel en Nueva York, lo que le aseguró una promoción duradera y éxito económico. Convertido en una persona de clase media, se instala en una mansión parisina de la rue de Courcelles. Allí se divertía mucho y ofrecía suntuosas comidas, a las que asistían, entre otros, Émile Zola, Auguste Rodin y Georges Clémenceau. Esta nueva vida social le animó a abandonar los temas miserables de sus primeras obras y a privilegiar temas más ligeros: hipódromos, mujeres elegantes en los bulevares, las orillas del Sena y otras escenas de la vida parisina... hasta el drama del Bazar de la Charité. En mayo de 1897, ciento veinticinco personas murieron en un incendio en los grandes almacenes, la mayoría mujeres. Raffaelli se vio afectado porque su mujer y su hija estaban presentes en el momento de la tragedia y escaparon por poco de la muerte. Sin duda, nuestro cuadro forma parte de este periodo agitado y trágico en el que se reavivó su melancolía. La escena de la pesca, en un claroscuro lunar un tanto sombrío, expresa el spleen que se apoderó del pintor aquel año. También es un tema poco frecuente en los cuadros de Raffaelli. Sólo conocemos otro cuadro con el mismo tema: Partant pour la pêche, hiver, óleo sobre lienzo, 51 x 61 cm, firmado abajo a la izquierda, lote nº 141, venta de Sotheby's en Nueva York el 12/02/1997. Virginie JOURNIAC, Experta aprobada por el CECOA, la FNEPSA y el CEDEA