Neil Beloufa Metachaise 



En un mundo que quiere metatizarlo todo, la Metachai…
Descripción

Neil Beloufa

Metachaise En un mundo que quiere metatizarlo todo, la Metachaise, también conocida como blockchaise, es un objeto extrañamente conectado. Aunque en realidad no haga nada más que una silla, registra en la blockchain cada uno de los posteriores que se le colocan, e inmediatamente los publica en sus redes sociales con la esperanza de crear, como hacen otros, datos por detrás. Por Ebb & Neil Beloufa 78 x 48 x 44 cm

Neil Beloufa

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Donatien-Alphonse-François, marqués de SADE. L.A., [donjon de Vincennes enero 1782], al abate Amblet, su tutor; 2páginas pequeño in-4, dirección. Contra su suegra, la Presidenta de Montreuil. "Los hombres no deben estarle muy agradecidos por pintarlos con tales colores. No correspondía, me parece, a quien pintó tan bien el cuadro presentarlos con rasgos tan odiosos. El mundo, pues, ha cambiado mucho desde que lo dejé; me parece que antes era a causa de la desgracia como concedía más o menos consuelo, y en esta suposición me creía con derecho a grandes cosas. Sin dudarlo, sin embargo, usted me ofrece una muy cierta, pues si los hombres son como usted me los representa, hay que tener poco pesar de haber quebrantado las leyes de su sociedad, gran calma restablecida, desde aquel momento, en mi alma [...Pensé que sólo pertenecía a los que no tenían alma prestar su pluma a la furia de la venganza [...] Md la presidenta de Montreuil [su suegra] cuyo único encanto es disgustarme con todo el mundo, y que pone en esto (como esos p... soldados) tanta delicadeza como ingenio, olvida a menudo que tiene en su familia desgracias más calumniosas que las mías [...] este monstruo, esta criatura infernal que ninguna expresión pintará jamás, como la víbora que se alimenta de todo lo que toca, quiere vomitar su veneno incluso sobre nuestra vieja amistad [...]....] Podrías anunciarle su victoria, mostrándole la petición urgente que te hago de que no me escribas más; me encerraré en mí mismo, pensaré en aquellos días felices en que la calma y la inocencia formaban con las flores los lazos de una amistad que hoy quieren obligarme a romper. Y Sade cita unas líneas del Infierno de Dante... Correspondencia (Lély), CXL.

Antonin ARTAUD (1896-1948). L.A.S., Rodez 20 de septiembre de 1943, al Presidente Pierre Laval; 6páginas en-4. Carta extraordinaria en la que Artaud relata su viaje a Irlanda y su internamiento. [La carta no fue enviada, sino interceptada por el Dr. Gaston Ferdière.] Artaud quería recordar al presidente Laval "el recuerdo de nuestra vieja amistad [...] los siete años que precedieron a mi partida para Irlanda, que fue el verdadero comienzo de mis pruebas aquí en la tierra. Usted vino a verme por primera vez en coche con José Laval, en la primavera de 1930, al 178 quai d'Auteuil de París, donde yo vivía con mi madre, y volvió para una representación de Les Cenci en mayo de 1935"; y Laval había invitado a cenar a Artaud en 1930... "usted sabe que en todas las graves circunstancias públicas en las que ha tenido que recurrir a mí, siempre me he esforzado por prestarle toda la ayuda posible y dentro de mis posibilidades"... Artaud habló de la Profecía de San Patricio, y recordó a Laval que se habían puesto de acuerdo "sobre cierto número de eminentes puntos sagrados de la religión cristiana [...] Sabes que, desde entonces, el Bastón de San Patricio, que había sido robado en Irlanda a finales del siglo pasado, ha llegado a mis manos, y conoces todos los esfuerzos que he hecho para que sea devuelto a Dublín a sus legítimos propietarios. No sé por qué la policía francesa e inglesa se conmovió por esta acción de restitución, que sólo remotamente concierne a cosas humanas y en la que nunca me he desviado del principio de que a César hay que darle lo que es de César y a Dios lo que es de Dios". Vio en el Museo de Dublín "la famosa Esmeralda Mística conocida como 'El Santo Grial' [...] Volví a Dublín a la práctica de la Religión Católica [...] fue en este momento (septiembre de 1937) cuando comenzaron mis juicios. Fui deportado de Irlanda como indeseable tras pasar seis días en la prisión de Dublín como indigente [...] en el barco de vuelta, agentes de la Seguridad Nacional intentaron deshacerse de mí [...] fui internado a mi llegada a Francia [...] llevo ya seis años internado. - Y realmente creo que nunca me ha afectado la sombra de un trastorno cerebral. Pero durante seis años he sufrido la privación de libertad. Pasé cinco meses en Rouen, un año en Sainte Anne y tres años y medio en Ville Evrard. Ahora estoy en el hospital psiquiátrico Asile de Rodez [...] donde ha preguntado por mí un amigo que lo dirige, el doctor Ferdières, que me conoció en París cuando hacía literatura, y que es amigo de algunos de mis amigos literarios, entre ellos Robert Desnos. [...] Estoy entre amigos, pero sigo internado. Las circunstancias son difíciles, por supuesto, para todo el mundo en este momento, y usted está acosado por las preocupaciones; pero sin duda considerará que este internamiento no es justo, y que yo podría ser mucho más útil a este país, fuera y libre, que en un manicomio. Estos seis años de internamiento me han desprendido y alejado del mundo, y lo único que pretendo ahora es acabar mis días en oración y en un claustro, a menos que usted tenga a bien llamarme"... Nouveaux écrits de Rodez (Gallimard, 1977), p.125.

Antonin ARTAUD (1896-1948). L.A.S., Rodez 15 de marzo de 1944, [a Mme Adrienne Régis, supervisora jefe del Asile de Rodez]; 10páginas en-4 en tinta morada. Carta muy larga e interesante desde Rodez, una meditación sobre el amor y el sexo, el mal y Dios. Sé que me comprendes profundamente y que sufres; y en espíritu vives en el mismo mundo que yo, pero tu cuerpo no siempre te sigue donde van tu corazón y tu mente. Y a veces les precede y les lleva donde nunca hubieran querido ir. Y por desgracia en este mundo somos mucho más cuerpo que espíritu. Yo también tengo un cuerpo, pero a través del sufrimiento he aprendido a controlarlo y a no dejar que me domine, en ningún momento. Porque el cuerpo que habitamos es malo"... Artaud se negó a ver "el instinto sexual como el origen de nuestros sentimientos y emociones [...] Para mí, el amor viene del corazón y vuelve al corazón, y no tiene nada que ver con el abdomen, que es su pérdida y su muerte. Quien ama sexualmente se está condenando a dejar de amar un día". El sexo es "un misterio y un secreto", "la esencia de una abominación sacrílega que se remonta a los orígenes de nuestra humanidad [...] es por el amor perdido por lo que sufrimos". Por la caída de Adán, según Artaud, todo en nosotros "lo que era corazón y fuerza amorosa del corazón ha sido mágicamente vuelto del revés y rechazado hacia la atracción del sexo, de modo que ya no podemos tener un sentimiento en el corazón, por bello que sea, si antes no está centrado en el sexo, y este instrumento de fealdad e inutilidad física reacciona orgánicamente ante nuestros sentimientos morales más sublimes". La libido sexual fue "creada por los demonios". El cuerpo del hombre era puro, "pero fue destruido y saqueado por el mal y los demonios [...] para insultar la obra y el pensamiento de Dios". Así que Dios desapareció del mundo, "Dios Virgen fue asesinado [...] Con todo lo que quedaba de su alma, Dios consiguió dar origen a un alma e introducirla en ese cuerpo para invitar al hombre, con el tiempo, a desprenderse de ese cuerpo"... Pero alma y cuerpo están entremezclados y sujetos a "un embrujo fluídico [...] De modo que para permanecer en el camino de Dios, quien hoy quiera pensar, sentir y amar debe abstraerse de su cuerpo en el proceso. Y es una terrible operación psicológica vivir en este esfuerzo constante. Requiere energía y fuerza de voluntad a cada minuto". Y el principal obstáculo es la sexualidad, "ese horrible escollo"... Artaud, por su parte, hacía tiempo que había "superado este punto infernal" y "comprendido la insidiosa malicia que el mal utiliza para impedirnos amar rechazando nuestros pensamientos apasionados en el abismo de la sexualidad". El final de la carta es una soberbia meditación sobre el Amor Perfecto... "El Amor Perfecto sólo puede encontrarse en los corazones que han renunciado a los goces terrenales porque los encuentran demasiado viles y mezquinos para ellos; para realizarse, requiere la venida a la tierra de un Régimen que es prerrogativa exclusiva de Dios. Una vez que se ha conocido el Amor Divino, nunca se quiere tener otro, porque es el único que está a la altura de las exigencias absolutas del corazón. El Amor es algo que, por su propia naturaleza, necesita renovarse, y las acciones del cuerpo se miden en la tierra, pero las del Corazón que arde en el cielo, no. Pero los cielos están en el fondo de nuestras cabezas y en el fondo físico de nuestros corazones. Hay un punto donde nuestras cabezas piensan, hay un punto donde el corazón emite su fuerza apasionada de amar que el mal nunca ha manchado pero que se disuelve orgánicamente en este mundo en el camino de la concepción de amar. Así que nos corresponde a nosotros que vivimos velar para que el Amor en el cielo de nosotros mismos no se descomponga al salir. Pues el hombre sólo cayó un día porque había demasiados cadáveres bajo tierra, y fue con su hedor que se perpetró el crimen de la sexualidad. La fuerza del amor que viene de Dios no puede vivir en este mundo sin el sacrificio total del cuerpo y el olvido de este cuerpo de muerte. No somos cuerpos sino almas, y nuestras almas están infectadas por nuestros cuerpos. Esto es lo que los hombres van olvidando, porque son arrastrados por el mal general. Sólo busco un alma que no pueda olvidar el mal, porque yo no soy de la tierra sino del cielo, y soy tal que ahora no puedo olvidar el cielo". Nouveaux écrits de Rodez (Gallimard, 1977), p.132.