Important vase cérémoniel

tallada en redondo en la periferia de un friso que personifica al dios kukulcán Quetzalcóatl, en forma de rostro con lengua bífida, motivos de volutas y espirales y diversos símbolos. Esta secuencia está delimitada por dos frisos de escamas de serpiente en la parte inferior y superior, en el nacimiento de los labios. Las asas están esculpidas con el dios Jaguar al acecho, con la boca abierta, mostrando sus colmillos y las orejas erguidas. El pie está perforado con motivos de la escalera del templo. Travertino, ahuecado a golpe de taladro, tallado y semipulido, algunas pequeñas astillas del tiempo, pequeñas microfisuras dispersas. Maya, valle del río Ulúa, oeste de Honduras, 600-900 d.C. 17 x 25 x 20 cm Procedencia: Antigua colección Reinhard Kristermann, Nueva York. Venta Maestro Castor Hara, Drouot Montaigne, 4 de diciembre de 2009, número de catálogo 172 reproducido en la portada. El valle bajo del Ulúa, en el noroeste de Honduras, se encuentra entre la zona geográfica maya y la parte baja de Centroamérica. El taller que producía los característicos jarrones semitranslúcidos de esta región, tallados a partir de un único bloque de mármol, se encontraba en la región de Travesía (cf. Luke, C., "Materialidad y paisajes sagrados: Vasos de mármol estilo Ulúa en Honduras" en Archaeological Papers of the American Anthropological Society, 2012, Boston, vol. 21, número 1, p. 114). La región de la Travesía era famosa por su producción de cacao, que era la fuente de la riqueza de la población según el tamaño de la cosecha. Estas preciosas vasijas, hechas de mármol de grano fino y cargadas de simbolismo religioso, también se ofrecían como regalo o se comerciaba con ellas en Mesoamérica, entre Guanacaste y el centro de las tierras bajas mayas. La calidad del brillo de la piedra utilizada para estos jarrones se asociaba probablemente con los reinos mitológicos del agua, las nubes y la niebla. Kukulkán es el dios de la resurrección y la reencarnación y desempeña un papel idéntico al de Quetzalcóatl entre los aztecas. Kukulkán, según la leyenda, viene del océano y puede que un día vuelva a él. Según los mayas, volverá a la tierra en el fin del mundo.