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FERDINAND HODLER (Berna 1853-1918 Ginebra) Les Petits-Lacs. Circa 1878. Óleo sobre lienzo. Firmado abajo a la derecha: F Hodler. 69,5 × 105,5 cm. Procedencia: - Colección Reverdin, Ginebra, 1921. - A través de la sucesión de los anteriores durante varias generaciones en propiedad privada suiza. Exposiciones: - Berna 1921, Hodler-Gedächtnis-Ausstellung, Kunstmuseum Bern, 20.8.-23.10.1921, nº 66. - Ginebra y Zúrich 2003/04, Ferdinand Hodler. Landscapes, Musée Rath, 4.9.2003-1.2.2004, Kunsthaus Zurich, 5.3.-6.6.2004, nº 3. Literatura: - Carl Albert Loosli: Ferdinand Hodler. Leben, Werk und Nachlass, Berna, 1921-1924, vol. II, p. 111. - Carl Albert Loosli: Catálogo general, en: Ferdinand Hodler. Leben, Werk und Nachlass, Suter 1921-24, nº 807. - Werner Y. Müller: Landschaftskatalog, en: Müller 1941, pp. 379-469, nº 127. - Hans Mühlestein y Georg Schmidt: Ferdinand Hodler 1853-1918. Sein Leben und sein Werk, Zurich 1942, p. 114. - Peter Dietschi: Der Parallelismus Ferdinand Hodlers. Ein Beitrag zur Stilpsychologie der neueren Kunst, Basilea 1957, p. 51. - Jura Brüschweiler: Genèse du style dans le paysage, en: Ausst.-Kat. Ferdinand Hodler. Landschaften, Ginebra y Zúrich 2003/04, p. 20. - Matthias Fischer: Frühzeit/Gipfel/Landschaftsschichten, en: Ausst.-Kat. Ferdinand Hodler. Landschaften, Ginebra y Zúrich 2003/04, p. 149 (con ilustración). - Paul Müller: Los paisajes de Ferdinand Hodler. Entre realismo y simbolismo, en: Ausst.-Kat. Ferdinand Hodler (1853-1918), París 2007/08, p. 175. - Oskar Bätschmann y Paul Müller: Ferdinand Hodler. Catalogue raisonné der Gemälde, ed. Instituto Suizo de Investigación Artística, vol. I, Die Landschaften, Zúrich 2008, p. 120, nº 68 (con ilustración). Este cuadro fue creado durante los primeros viajes de Hodler. En 1877 viajó por primera vez a París, seguido de un importante viaje a Madrid en 1878/79. La experiencia de la luz del sur, que alegró su paleta de colores y le hizo entender la luz como un estado de ánimo y no como la simple iluminación de los objetos, influyó en su pintura de estos años. Su preocupación por la simetría, que culminaría más tarde en el canónico Paralelismo de Hodler, se manifiesta también ya en la acentuación de los álamos y en su reflejo en el agua. Conrad von Mandach, célebre conservador del Museo de Arte de Berna y más tarde presidente de la Fundación Gottfried Keller, comentó con motivo de la exposición conmemorativa de Hodler en Berna en 1921 este cuadro, que se expuso allí: este "paisaje maravillosamente armonioso" era prácticamente característico del esfuerzo del joven artista por "suscitar de la luz su misteriosa animación de los objetos".

zurich, Suiza