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LUIS TOMASELLO (La Plata/Argentina 1915-2014 París) Atmosphère chromoplastique N°407. 1976. Acrílico sobre madera, pintado. Firmado en el reverso: Luis Tomasello, así como titulado, fechado y con medidas: ATMOSPHERE CHROMOPLASTIQUE N°407 (corregido: antes 470) Luis Tomasello - 1976 - 70 × 70 cm × 8 cm. 70 × 70 × 8 cm. Procedencia: Colección privada Suiza. "Los colores se proyectan en la atmósfera, ¿no es así? Y para mí la parte más cinética es la luz, que toca los colores y se refleja. Algo más rápido que la luz, no te das cuenta pero existe". Luis Tomasello Luis Tomasello es uno de los artistas del Op Art y cinéticos más conocidos. El juego de luces y sombras, la elección de los colores y la creación de movimiento asociada a los motivos geométricos son el centro de la obra del argentino. Como casi ningún otro artista, ha dominado el arte de crear una relación dinámica entre su obra, su entorno y el espectador. Durante un viaje a Europa a finales de la década de 1940, Tomasello descubrió la obra de Piet Mondrian e, inspirado por ella, comenzó a experimentar con la abstracción geométrica y a romper con la pintura figurativa de sus primeros años. Las ideas de Mondrian llevan al artista más allá, ya que hace de los patrones de cuadrícula, pero también de las repeticiones en serie, la luz y el movimiento, los leitmotiv de su arte. En sus cuadros, que llevan el título de "Atmosphère chromoplastique" y que dieron a Tomasello fama internacional, el artista integra además el reflejo, la luz y la proyección de sombras. Sus relieves consisten en superficies tridimensionales, cubos, cuadrados, cilindros y a veces romboedros, dispuestos en patrones regulares ortogonales y pintados uniformemente de blanco. Los elementos sobresalen sólo un poco. Son idénticos en cada composición y suelen estar pintados en el reverso u oblicuo con pintura azul, verde, amarilla, roja u ocasionalmente fluorescente, de modo que se reflejan en la superficie de la obra, en su mayoría cuadrada, sugiriendo movimiento y creando efectos sorprendentes. A medida que el espectador se desplaza alrededor del relieve de madera que tiene a mano, interactuando estrecha y directamente con él, con cada cambio de perspectiva descubre no sólo las brillantes superficies pintadas en verde y azul de los cubos blancos, sino también un nuevo movimiento. Con materiales y objetos sencillos, Luis Tomasello crea una atmósfera casi tangible y un juego de luces y sombras único en esta notable obra, creada en 1976.

zurich, Suiza