Descripción
SICILIA - PANORMA 336-330. Aurige sosteniendo kentron y las riendas de una cuadriga galopando a la izquierda. Está coronado por una Victoria. Signo de Tanit ante el auricular. En el exergo, cisne volando a la izquierda. R/. Cabeza de la ninfa Aretusa a la derecha, con una ampolla y rodeada de cuatro delfines. Lleva pendientes y un collar con una cabeza de león. CNP 348a; HGC 2, 1013 corr; Jameson 730; Weber 1476 Tetradracma de plata (17,37 g) De estilo muy fino. Protuberancias axiales. T.B./Muy bonito. Siracusa es la capital del arte monetario. El tipo de la ninfa Aretusa se inmortaliza y se perpetúa durante tres siglos. Es la ninfa cazadora de Elide metamorfoseada en fuente. La historia de un amor imposible entre Aretusa y el dios-río Alfeo. La eterna belleza cantada por el poeta José María de Heredia: El tiempo pasa. Todo muere. Incluso el mármol se desgasta. Agrigento no es más que una sombra, y Siracusa duerme bajo el blanco sudario de su cielo indulgente; Y sólo el duro metal que el amor hizo dócil Guarda aún en su flor, con medallas de plata, La inmortal belleza de las vírgenes de Sicilia.
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SICILIA - PANORMA 336-330. Aurige sosteniendo kentron y las riendas de una cuadriga galopando a la izquierda. Está coronado por una Victoria. Signo de Tanit ante el auricular. En el exergo, cisne volando a la izquierda. R/. Cabeza de la ninfa Aretusa a la derecha, con una ampolla y rodeada de cuatro delfines. Lleva pendientes y un collar con una cabeza de león. CNP 348a; HGC 2, 1013 corr; Jameson 730; Weber 1476 Tetradracma de plata (17,37 g) De estilo muy fino. Protuberancias axiales. T.B./Muy bonito. Siracusa es la capital del arte monetario. El tipo de la ninfa Aretusa se inmortaliza y se perpetúa durante tres siglos. Es la ninfa cazadora de Elide metamorfoseada en fuente. La historia de un amor imposible entre Aretusa y el dios-río Alfeo. La eterna belleza cantada por el poeta José María de Heredia: El tiempo pasa. Todo muere. Incluso el mármol se desgasta. Agrigento no es más que una sombra, y Siracusa duerme bajo el blanco sudario de su cielo indulgente; Y sólo el duro metal que el amor hizo dócil Guarda aún en su flor, con medallas de plata, La inmortal belleza de las vírgenes de Sicilia.