RAMÓN CASAS CARBÓ (Barcelona, 1866 - 1932). "Margarita Isabel Palau de Marfà", 1916. Óleo sobre lienzo. Firmado y fechado en el ángulo inferior izquierdo. Tamaño: 185 x 125 cm; 205 x 145 cm (marco). Ramón Casas fue un artista famoso por sus ilustraciones y retratos, y en este caso concreto, representó magistralmente a Margarita Isabel Palau de Marfà. Sus retratos femeninos aglutinan ambas facetas de su obra, ya que la figura femenina era la esencia misma de sus carteles e ilustraciones. Así, en sus retratos femeninos vemos la misma visión sensual y decorativa de la figura femenina, tanto en aquellos en los que la dama posa en actitud insinuante como en los de concepción más sobria, como el que aquí se presenta. Aquí vemos un retrato elegante, con una mujer que mira directamente al espectador, orgullosa e incluso desafiante, pero que sin embargo muestra la misma belleza delicada y seductora típica de los tipos femeninos de Casas. También se refleja sutilmente a través de elementos puramente plásticos, como el contraste entre la frialdad casi metálica del elegante vestido de la modelo y la calidez, suavidad y tersura de los tonos de la carne, rosados en el rostro y ligeramente más nacarados en el pecho y los brazos. Elegantemente peinada, sus profundos y expresivos ojos oscuros, resaltados por una delicada sombra en los párpados, que recuerda al simbolismo, miran directamente al espectador. La expresión sobria, casi solemne, se completa con la pequeña boca pintada en coral profundo, fruncida y seria, que nos habla del carácter de la mujer mejor que cualquier símbolo accesorio. La dama está adornada con varias joyas magníficamente trabajadas, que, sin embargo, no compiten en importancia con el rostro, centro absoluto de la composición. Destacado pintor y dibujante, Casas comenzó a pintar como alumno de Joan Vicens. En 1881 realizó su primer viaje a París, donde completó su formación en las academias Carolus Duran y Gervex. Al año siguiente participó por primera vez en una exposición en la Sala Parés de Barcelona, y en 1883 presentó un autorretrato en el Salón de los Campos Elíseos de París, lo que le valió una invitación para ser miembro del Salón de la Sociedad de Artistas Franceses. Los años siguientes los pasó viajando y pintando entre París, Barcelona, Madrid y Granada. En 1886, enfermo de tuberculosis, se instala en Barcelona para recuperarse. Allí entra en contacto con Santiago Rusiñol, Eugène Carrière e Ignacio Zuloaga. Tras un viaje a Cataluña con Rusiñol en 1889, Casas regresó a París con su amigo. Al año siguiente participó en una exposición colectiva en la Sala Parés, junto con Rusiñol y Clarasó, y de hecho los tres siguieron realizando exposiciones conjuntas allí hasta la muerte de Rusiñol en 1931. Su fama siguió extendiéndose por Europa, y realizó exitosas exposiciones en Madrid y Berlín, además de participar en la Exposición Universal de Chicago de 1893. Casas se instaló definitivamente en Barcelona, inmerso en el ambiente modernista, aunque siguió viajando a París para asistir a los salones anuales. Financió el café Els Quatre Gats, que se convertiría en un punto de referencia para los modernistas, y que se inauguró en 1897. Dos años más tarde organizó su primera exposición individual en la Sala Parés. Mientras crecía su fama como pintor, Casas comenzó a trabajar como diseñador gráfico, adoptando el estilo Art Nouveau que llegó a definir el Modernismo catalán. En los años siguientes se sucedieron sus éxitos: presentó dos obras en la Exposición Universal de París en 1900, ganó un premio en Munich en 1901, varias de sus obras fueron incluidas en la exposición permanente del Círculo del Liceo, realizó varias exposiciones internacionales y, en 1904, obtuvo el primer premio en la Exposición General de Madrid. Estuvo representado en el Museo del Prado, el Museo Nacional de Arte de Cataluña, el Museo Nacional Reina Sofía, el Thyssen-Bornemisza, el Museo de Montserrat, el Cau Ferrat de Sitges, entre otros muchos.