RAFAEL ZABALETA FUENTES (Quesada, Jaén, 1907 - 1960). "Paisaje del Zújar", 1938. Óleo sobre lienzo. Obra reproducida en Guzmán Pérez 79, p. 129. Firmado y fechado en el ángulo inferior derecho. Medidas: 70 x 90 cm; 81,5 x 102 cm (marco). En esta obra el artista nos presenta un paisaje concebido con un sobrio cromatismo, basado en la interrelación de los verdes con las tierras rosadas, siendo los pasajes a cargo de los ocres y suaves tonos violáceos, que a su vez contrastan sin estridencias. La técnica es muy directa, incorporando el color en húmedo en la mancha primaria y en semihúmedo después. La obra de connotaciones realistas se acerca a los postulados de la Escuela de Vallecas, mostrando un especial interés por lo telúrico. Cabe destacar que la obra va más allá de lo puramente pictórico, despertando cierta nostalgia o emoción ligada a la biografía del artista, que retrata el puente del Zújar, siendo éste uno de los lugares por los que pasó cuando terminó su misión en la guerra civil. Nacido en el seno de una familia acomodada, Rafael Zabaleta mostró su afición por la pintura desde muy joven, y tras finalizar sus estudios de bachillerato se trasladó a Madrid y se matriculó en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando en 1925. Allí tuvo como profesores a Lainez Alcalá, Cecilio Pla e Ignacio Pinazo, y en 1932 participó por primera vez en una exposición colectiva, la de los alumnos de San Fernando. Una de sus obras, titulada "La pareja", fue seleccionada para ilustrar la reseña crítica de Manuel Abril para la revista "Blanco y Negro". Tres años más tarde, Zabaleta realiza su primer viaje a París, donde estudia las obras de los maestros de la pintura contemporánea. En 1937 fue nombrado delegado del Tesoro Artístico Nacional, y también por esta época inició una serie de dibujos sobre la Guerra Civil. Al final de la guerra fue denunciado y pasó brevemente por el campo de concentración de Higuera de Calatrava y por la cárcel de Jaén, donde le fueron confiscados sus dos álbumes de dibujos realizados durante la guerra. Finalmente liberado, en 1940 se instaló en Madrid, donde asistió a las tertulias del Café Gijón y dibujó y pintó en el Círculo de Bellas Artes. Dos años más tarde visita a Aurelio Biosca, director de la galería madrileña Biosca, con una carta de presentación del escultor Manolo Hugué. Allí realizó su primera exposición individual ese mismo año, tras ser rechazado de la Exposición Nacional de Bellas Artes. Sin embargo, al año siguiente participó en el Primer Salón de los Once y entró a formar parte de la Academia Breve de Crítica de Arte de Eugenio d'Ors, a la que también pertenecía Biosca. Zabaleta participó en la mayoría de sus Salones de los Once y en exposiciones antológicas. En 1945 Zabaleta participó en la exposición colectiva "Floreros y bodegones" celebrada en el Museo Nacional de Arte Moderno, mientras seguía exponiendo individual y colectivamente en galerías de la capital. En 1947 realizó su primera exposición personal en Barcelona, en la galería Argos, y se publicó su primera monografía. Dos años más tarde viaja de nuevo a París, entrando en contacto con Picasso, Óscar Domínguez, M. Ángeles Ortiz y otros. El año de su consagración definitiva fue 1951, cuando realizó una exposición individual en el Museo de Arte Moderno de Madrid. En 1955 obtuvo el Premio UNESCO en la Bienal Hispanoamericana de Barcelona. Ese mismo año participó en la Bienal del Mediterráneo celebrada en Alejandría, y realizó una exposición individual en Bilbao. Durante sus últimos años, Zabaleta se convirtió en un artista plenamente reconocido, invitado a las más importantes exposiciones y salones tanto en España como en ciudades extranjeras de la importancia de París. La colección más importante de su obra se encuentra en el Museo Zabaleta de Quesada, aunque también está presente en los museos más prestigiosos del mundo, en ciudades como Buenos Aires, Nueva York o Tokio.