HUBERT CLERISSI (1923-2000)

Mónaco, Puerto Hércules Conjunto de dos litografías en color sobre papel, firmadas a lápiz en la parte inferior derecha, una marcada E.A. por Epreuve d'Artiste, la otra marcada E.A. numerada 41/50. Procedencia: Colección Clerissi. Dimensiones: 50 x 42 y 42 x 57 cm a la vista Hubert Clerissi tenía once años cuando el pintor Jean-Gabriel Domergue, entonces muy en boga, le hizo ganador de una exposición local, declarando: "Bravo por este joven talento que nos ha mostrado una obra de tan original factura". Sin embargo, al finalizar sus estudios, comenzó a trabajar en un despacho de arquitectos, pero no dejó de ejercer su talento como acuarelista. Participó en la primera y segunda edición del Salón Monégasque en 1950, donde Maurice Utrillo, presidente del Salón, le otorgó el primer premio. Las obras de este periodo se caracterizan por un rechazo del contorno objetivo y de las estructuras impuestas, pero siempre con una preocupación por la organización de los elementos fijos, a medio camino entre los fauves y los pintores de la "Escuela de París". Entonces, el talento del joven artista se puso de manifiesto y, durante una exposición organizada por el Departamento de Turismo del Principado, ¡se vendieron los doce cuadros que colgaban de las paredes! Las exposiciones se multiplican: Monte-Carlo, París, San Remo y Turín. Durante este periodo, Clérissi exalta la espontaneidad de su obra subrayándola con una red de líneas casi agresivas, hasta llegar a un expresionismo a la vez dramático y despojado. Mientras tanto, el trabajo de la Entretanto, la obra del pintor monegasco tuvo un éxito extraordinario y conquistó a coleccionistas de todo el mundo, empezando por la familia principesca de Mónaco, que se fijó en su obra desde el principio. Los premios, galardones y condecoraciones eran parte natural de su carrera. marcan naturalmente este curso. Es en el ejercicio de su arte donde este pintor monegasco ha honrado su paso. Durante más de 50 años, sus obras nos han dado su visión personal del Mónaco de ayer y de hoy. de hoy, sus obras, con su estilo reconocible, forman ya parte del patrimonio artístico monegasco.