Null Escuela sevillana, primera mitad del siglo XVII.
"El sacrificio de Isaac".
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Descripción

Escuela sevillana, primera mitad del siglo XVII. "El sacrificio de Isaac". Óleo sobre lienzo. Reforzado. Marco de época. Medidas: 100 x 109,5 cm; 111 x 121 cm (marco). La dramática escena aquí representada relata el momento descrito en el Génesis en el que Abraham es detenido en su acción sacrificial por un ángel. El patriarca, siguiendo órdenes divinas, estaba a punto de sacrificar a su hijo Isaac. Dios, tras comprobar la fidelidad de Abraham hacia él, envía un ángel para salvar al joven. Este momento final de máxima tensión se representa en el presente cuadro como en muchas otras obras de la época, siendo el Barroco un periodo en el que se favorece el patetismo y el dramatismo en su máxima expresión. En el lugar de Isaac, se sacrifica el cordero, que aquí espera humildemente su turno. El Cordero, a su vez, simboliza a Cristo: una prefiguración de su sacrificio por la humanidad. En la misma línea, el altar y la pira prefiguran la cruz. La escena principal se sitúa en el primer plano, con Isaac envuelto en un manto, calzando sandalias y postrado ante el altar del sacrificio. Su padre le sujeta la cabeza con una mano mientras con la otra empuña la espada, que a su vez es sostenida por el ángel. Detrás de ellos se abre un bello paisaje montañoso teñido de azul. Los cuerpos han sido hábilmente esculpidos con luminosos cambios, y sus expresiones transmiten el mensaje con precisión naturalista: La actitud obediente de Isaac y la mirada esperanzada de Abraham ante la llegada del ángel. El siglo XVII supuso la llegada del Barroco a la escuela sevillana, con el triunfo del naturalismo sobre el idealismo manierista, un estilo suelto y muchas otras libertades estéticas. En esta época la escuela alcanzó su mayor esplendor, tanto por la calidad de sus obras como por el estatus primordial de la pintura barroca sevillana. Así, en la transición al Barroco encontramos a Juan del Castillo, Antonio Mohedano y Francisco Herrera el Viejo, cuyas obras ya muestran la pincelada rápida y el crudo realismo del estilo, y a Juan de Roelas, que introduce el colorismo veneciano. A mediados de siglo el periodo alcanza su máximo esplendor, con figuras como Zurbarán, un joven Alonso Cano y Velázquez.

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Escuela sevillana, primera mitad del siglo XVII. "El sacrificio de Isaac". Óleo sobre lienzo. Reforzado. Marco de época. Medidas: 100 x 109,5 cm; 111 x 121 cm (marco). La dramática escena aquí representada relata el momento descrito en el Génesis en el que Abraham es detenido en su acción sacrificial por un ángel. El patriarca, siguiendo órdenes divinas, estaba a punto de sacrificar a su hijo Isaac. Dios, tras comprobar la fidelidad de Abraham hacia él, envía un ángel para salvar al joven. Este momento final de máxima tensión se representa en el presente cuadro como en muchas otras obras de la época, siendo el Barroco un periodo en el que se favorece el patetismo y el dramatismo en su máxima expresión. En el lugar de Isaac, se sacrifica el cordero, que aquí espera humildemente su turno. El Cordero, a su vez, simboliza a Cristo: una prefiguración de su sacrificio por la humanidad. En la misma línea, el altar y la pira prefiguran la cruz. La escena principal se sitúa en el primer plano, con Isaac envuelto en un manto, calzando sandalias y postrado ante el altar del sacrificio. Su padre le sujeta la cabeza con una mano mientras con la otra empuña la espada, que a su vez es sostenida por el ángel. Detrás de ellos se abre un bello paisaje montañoso teñido de azul. Los cuerpos han sido hábilmente esculpidos con luminosos cambios, y sus expresiones transmiten el mensaje con precisión naturalista: La actitud obediente de Isaac y la mirada esperanzada de Abraham ante la llegada del ángel. El siglo XVII supuso la llegada del Barroco a la escuela sevillana, con el triunfo del naturalismo sobre el idealismo manierista, un estilo suelto y muchas otras libertades estéticas. En esta época la escuela alcanzó su mayor esplendor, tanto por la calidad de sus obras como por el estatus primordial de la pintura barroca sevillana. Así, en la transición al Barroco encontramos a Juan del Castillo, Antonio Mohedano y Francisco Herrera el Viejo, cuyas obras ya muestran la pincelada rápida y el crudo realismo del estilo, y a Juan de Roelas, que introduce el colorismo veneciano. A mediados de siglo el periodo alcanza su máximo esplendor, con figuras como Zurbarán, un joven Alonso Cano y Velázquez.

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