Null MANUSCRIT 
Recueil des brevets du régiment de la Calotte
Vendido en la libr…
Descripción

MANUSCRIT Recueil des brevets du régiment de la Calotte Vendido en la librería Momon, 1731. En-4, becerro entero moteado, lomo decorado, bordes rojos. Frontispicio manuscrito: "Brevets de la calote (sic)" ilustrado con campanas, título manuscrito, 751, (15) pp. tabla alfabética indicando todos los que tuvieron que soportar el humor de los calotinos. Una copia completamente manuscrita. Enriquecido con dos páginas del Magasin pittoresque dedicadas a Aymon, 1er generalísimo del regimiento Calotte. El Calotte fue prohibido en el ejército en 1779, pero siguió existiendo en el mundo militar al menos hasta principios de la década de 1820. Charles du Rozoir escribió en 1853: "[El regimiento Calotte, sociedad festiva y carnavalesca de origen militar, fue fundado a finales del reinado de Luis XIV, en 1702, por Philippe Emmanuel de La Place de Torsac y Étienne Isidore Théophile Aymon y algunos otros] oficiales alegres, que al parecer no tenían nada mejor que hacer que burlarse de todo el mundo, empezando por ellos mismos. El objetivo del regimiento Calotte [era] corregir la moral, reformar el estilo de moda ridiculizándolo y establecer un tribunal opuesto al de la Academia Francesa. Los miembros de esta nueva compañía, previendo que serían acusados de frivolidad por la dificultad de su empresa, juzgaron oportuno adoptar un gorro de plomo y el nombre de Régiment de la Calotte. La colección manuscrita de las patentes del regimiento Calotte, las memorias "de este regimiento burlesco son un curioso monumento a la licencia de la prensa. No hay personaje de tan alto rango que no sea atacado: el regente, Luis XV, María Leczinska, no se salvan; Law, el cardenal Dubois, el cardenal Fleury, el padre Daniel, en una palabra, el episcopado, la toga y las finanzas, vienen por turno a aparecer en esta sede del ridículo. Destouches, Terrasson, Moncrif, Lamothe, Fontenelle y todos los ilustres hombres de letras de la época tuvieron cada uno su patente y su parte de epigramas. La calota había declarado sobre todo una guerra a muerte a la Academia Francesa. Voltaire, en su Mémoire sur la Satire, publicada en 1739, habla con gran desprecio del Calotte: es comprensible; es muy maltratado en las Mémoires du régiment. No dejan de ser un precioso monumento del espíritu de la época de la regencia y de los años felices del reinado de Luis XV. En 1814 asistimos a una reminiscencia de las patentes de la Calotte en la distribución de las órdenes del Éteignoir y la Girouette, realizada por los editores del Nain Jaune. Finalmente, en su oración fúnebre de Bonaparte, Beuchot ha imitado muy felizmente la oración fúnebre del Sieur de Torsac. Así, para reír con ganas, debemos, en este siglo de gravedad, simplemente imitar lo que hicieron nuestros padres". Ex-libris de la Biblioteca del Barón de Montmorency.

41 

MANUSCRIT Recueil des brevets du régiment de la Calotte Vendido en la librería Momon, 1731. En-4, becerro entero moteado, lomo decorado, bordes rojos. Frontispicio manuscrito: "Brevets de la calote (sic)" ilustrado con campanas, título manuscrito, 751, (15) pp. tabla alfabética indicando todos los que tuvieron que soportar el humor de los calotinos. Una copia completamente manuscrita. Enriquecido con dos páginas del Magasin pittoresque dedicadas a Aymon, 1er generalísimo del regimiento Calotte. El Calotte fue prohibido en el ejército en 1779, pero siguió existiendo en el mundo militar al menos hasta principios de la década de 1820. Charles du Rozoir escribió en 1853: "[El regimiento Calotte, sociedad festiva y carnavalesca de origen militar, fue fundado a finales del reinado de Luis XIV, en 1702, por Philippe Emmanuel de La Place de Torsac y Étienne Isidore Théophile Aymon y algunos otros] oficiales alegres, que al parecer no tenían nada mejor que hacer que burlarse de todo el mundo, empezando por ellos mismos. El objetivo del regimiento Calotte [era] corregir la moral, reformar el estilo de moda ridiculizándolo y establecer un tribunal opuesto al de la Academia Francesa. Los miembros de esta nueva compañía, previendo que serían acusados de frivolidad por la dificultad de su empresa, juzgaron oportuno adoptar un gorro de plomo y el nombre de Régiment de la Calotte. La colección manuscrita de las patentes del regimiento Calotte, las memorias "de este regimiento burlesco son un curioso monumento a la licencia de la prensa. No hay personaje de tan alto rango que no sea atacado: el regente, Luis XV, María Leczinska, no se salvan; Law, el cardenal Dubois, el cardenal Fleury, el padre Daniel, en una palabra, el episcopado, la toga y las finanzas, vienen por turno a aparecer en esta sede del ridículo. Destouches, Terrasson, Moncrif, Lamothe, Fontenelle y todos los ilustres hombres de letras de la época tuvieron cada uno su patente y su parte de epigramas. La calota había declarado sobre todo una guerra a muerte a la Academia Francesa. Voltaire, en su Mémoire sur la Satire, publicada en 1739, habla con gran desprecio del Calotte: es comprensible; es muy maltratado en las Mémoires du régiment. No dejan de ser un precioso monumento del espíritu de la época de la regencia y de los años felices del reinado de Luis XV. En 1814 asistimos a una reminiscencia de las patentes de la Calotte en la distribución de las órdenes del Éteignoir y la Girouette, realizada por los editores del Nain Jaune. Finalmente, en su oración fúnebre de Bonaparte, Beuchot ha imitado muy felizmente la oración fúnebre del Sieur de Torsac. Así, para reír con ganas, debemos, en este siglo de gravedad, simplemente imitar lo que hicieron nuestros padres". Ex-libris de la Biblioteca del Barón de Montmorency.

Las pujas estan cerradas para este lote. Ver los resultados