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Escuela veneciana, siglo XVI. Siglo XVI (después de Tiziano) RETRATO DE UN HOMBRE EN AZUL ('ARIOSTO') óleo sobre lienzo, cm 126x111 Escuela veneciana, siglo XVI (después de Tiziano) RETRATO DE UN HOMBRE EN AZUL (TAMBIÉN CONOCIDO COMO 'ARIOSTO') óleo sobre lienzo, cm 126x111 Procedencia Venecia, colección Manfrin (etiqueta y cera en el marco); Londres, colección Rothschild; Londres, subasta Sotheby's, 1977; colección privada Bibliografía El coleccionismo de arte en Venecia. Il Settecento, editado por L. Borean y S. Mason, Venecia 2009, fig. 3 p. 195, p. 198; G. Tagliaferro, L'Ariosto di Tiziano (Londra) non è Ariosto, e il Barbarigo non si sa chi è, en Venezia altrove, 4, 2005, pp. 119-128. "Es la poesía del retrato y el retrato de la poesía" Con esta frase tan elocuente el poeta inglés George Byron describió, impresionado por su fuerza expresiva, este retrato, considerado en elsiglo XIX uno de los iconos de la célebre colección Manfrin a la que pertenecía, como atestiguan los inventarios y la etiqueta pegada en el marco junto a la etiqueta del apellido, aplicada a los cuadros de la colección a modo de marca de colección. A partir de la década de 1780, Girolamo Manfrin había creado una excepcional colección de cuadros en su palacio con vistas al Gran Canal, junto a Ca' Loredan Vendramin Calergi, gracias a las ganancias del monopolio de la fabricación de tabaco. El cuadro llegó a manos del barón Meyer Amschel de Rothschild a finales del siglo XIX y se vendió en la famosa subasta del patrimonio Rothschild organizada por Sotheby's en 1977. Hasta 1824, el cuadro que aquí se presenta era la versión más famosa del retrato conocido como El caballero de azul de Tiziano, también conocido como Ariosto: fue en ese año cuando el noble inglés Lord Darnely prestó el ejemplar que poseía a la British Institution, que compró en 1904 a la National Gallery de Londres, donde aún se conserva. Este último lleva las iniciales "T. V.", resultado de una limpieza realizada en 1949 que borró la firma parcialmente apócrifa "TITIANVS TV". La fortuna de ambas obras se debe también a que fueron transmitidas bajo el sugestivo título de Retrato de Ariosto. Sin embargo, no se trata del autor de Orlando Furioso, cuyos rasgos se sabe que fueron retratados por el propio Tiziano. Su identificación, sin embargo, sigue siendo un misterio hasta el día de hoy, a pesar de los diversos indicios que apuntan en dirección a la familia Barbarigo (cf. Tagliaferro cit.): sobre todo, la descripción que hace Vasari en las primeras páginas de la vida de Tiziano de un "retrato de un caballero de Ca' Barbarigo, amigo suyo, que era muy bello, siendo el parecido de la tez natural y propio, y los cabellos tan distintos entre sí que se podían contar, como también se podía hacer con las puntas de una chaqueta de raso plateado". Las variaciones entre los dos retratos son mínimas -el nuestro tiene una nariz menos pronunciada, un contorno del cabello ligeramente diferente a ambos lados del rostro, un ligero aumento del saliente de la manga del parapeto donde falta la firma-, mientras que las medidas son diferentes, ya que el antiguo lienzo de Manfrin fue ampliado posteriormente. Los comentarios del siglo XIX y las indicaciones de los expertos confirman la gran calidad de ejecución de este cuadro, con una evocadora y acentuada representación de los reflejos de la luz en la manga del primer plano y un tono de color más claroscuro.

milano, Italia