ELISÉE MACLET (Lyon-en-Santerre, 1881 - París 1962). "Calle de Montmartre". Óleo sobre lienzo. Firmado en la esquina inferior izquierda. Tamaño: 55 x 38 cm; 65 x 48 cm (marco). El barrio parisino de Montmartre inspiró profundamente a una joven y prometedora Elisée Maclet, que acababa de aterrizar en la capital francesa en 1906. Escenarios como los cabarets del Lapin Agile o el Moulin de la Galette, la basílica del Sacré Coeur, las calles del viejo París o las vistas del río Sena fueron magistralmente inmortalizados por Maclet a través de un estilo postimpresionista de cierta sencillez infantil. Considerada una figura clave en el desarrollo del estilo del pintor Maurice Utrillo, firme representante de la vida de Montmartre en 1900, Elisée Maclet dejó una importante huella artística en el París de la época. A medida que su éxito crecía en los círculos sociales parisinos, su papel artístico se consolidaba, hasta el punto de que los grandes galeristas parisinos colgaban sus obras junto a las de Van Gogh y Picasso. Al principio, Élisée Maclet desarrolló un estilo de pintura "primitivista" que le valió un lugar entre los pintores "naif" de principios de siglo. En 1906, Maclet se trasladó a París. Allí se instaló en el barrio de Montmartre y realizó la mayoría de las escenas de paisajes y calles por las que es más conocido. Las escenas parisinas de Maclet tuvieron éxito, sobre todo después de la Primera Guerra Mundial, y lo mantuvo durante el resto de su carrera debido a la sensibilidad única y a las técnicas originales que demostró en sus obras. Muchos escritores franceses apreciaron sus cuadros y escribieron a menudo sobre él, como Max Jacob, Sidonie Gabrielle Colette y Francis Carco. De 1918 a 1919, Maclet pintó paisajes marinos en Dieppe, viviendo en una casa que le prestó Carco. Regresó a Montmartre en 1919. En 1920, el marchante Dosbourg compra algunas de sus primeras escenas de Montmartre. De 1923 a 1928 vivió en Arles, donde pintó muchos paisajes notables que expresaban su encanto por la naturaleza y la cultura mediterránea, algunos de los cuales recuerdan a veces a Matisse. En 1928, Maclet realizó su primera gran exposición individual, celebrada en la Galería Barreiro de París, donde se expusieron más de 50 obras suyas. A finales de ese año, abandonó la Francia continental en una excursión de pintura a la isla de Córcega. A continuación, se trasladó a Bretaña, donde vivió y trabajó en 1929 y 1930. En 1957 se celebró la primera gran retrospectiva de la obra de Maclet en la Galería Nicolas Poussin de París, y en 1960 la misma galería presentó su obra en su exposición "Pinturas del siglo XX"; otra gran retrospectiva tuvo lugar en 1961, en la Galería Thibaut de Nueva York. En el periodo que siguió a su irrupción internacional, Maclet fue objeto de numerosos artículos en revistas y, con el tiempo, varias colecciones públicas de Europa y América adquirieron ejemplos de su obra, como los museos de Chicago, Bremen, Ginebra, Suecia, Noruega y Monte. Tras su muerte en 1962, Maclet recibió a título póstumo varios homenajes internacionales, incluyendo exposiciones individuales en París, Alemania y Venezuela, así como una gran exposición en las Vestart Galleries de Nueva York en 1969. En 2011, la Galería Nacional de Bermudas montó una exposición individual de su obra. En la actualidad, su obra está representada en varias colecciones internacionales importantes, tanto públicas como privadas, y muchos de sus cuadros se encuentran en el Museo de Arte Moderno de París.