Jean-Baptiste LOUVET DE COUVRAY (1760-1797) convencional (Loiret) y novelista (Faublas). Manuscrito autógrafo, 10 de septiembre de 1792; 2 páginas oblongas en 8. Grito de alegría cuando la ley de divorcio le permita casarse con su amante Lodoïska. "Por fin se decreta el divorcio; esta revolución por la que he luchado tan valientemente, me da mi recompensa; ¡me da una esposa, según mi corazón! ¡Oh, felicidad! Pero qué, ¡tengo que arrancarme de mi felicidad! Entonces, ¡sería cierto que nunca se puede, cuando se suprime el despotismo, evitar la anarquía! Qué insolentes facinerosos pretenderían oprimir a este pueblo por el que hemos conquistado... ¡Y yo soy calumniado por ellos, perseguido, proscrito!... ¡Ah, esperaba haber fallado sólo a Luis XVI y a Brunsvich! ¡Espero no tener que temer nunca más que los golpes del austriaco! Debo exiliarme para escapar de los puñales de la gente que se llama patriota... ¡Qué ya nos quitan la libertad, y por quién, grandes dioses! Hombres sin talento, sin verdadero valor... ¡Oh, mi desafortunado país! ¡En qué grado de degradación, vas a caer bajo el yugo de estos indignos Césares! ¡Y mi brazo está encadenado; y no puedo ser Bruto; y un Bruto no aparece! El crimen triunfa y la inocencia se ve obligada a huir; pero el reinado de esta gente no puede ser largo. Adiós amigos... ¡Adiós! Este texto está escrito en el reverso de un fragmento tachado de un testamento anterior, con legados de diversas sumas en asignaciones a varias personas, entre ellas su amante (y futura esposa) Mme Cholet, a la que también lega sus muebles, "y en particular mi gran secretario, mi reloj y mis pistolas"... Al margen del primer texto, Louvet añadió: "Es el 2 de junio del 93 que vuelvo a abrir este paquete para declarar que este testamento queda revocado: desde entonces he hecho otro que se encontrará. El 2 de junio, donde estamos. La libertad, al menos, se salvará. ¡Cuánto tienen que reprocharse los débiles de la Convención! ¡Oh, mi país!