Null Escuela historicista española, segunda mitad del siglo XIX. Círculo de EDUA…
Descripción

Escuela historicista española, segunda mitad del siglo XIX. Círculo de EDUARDO ROSALES (Madrid, 1836 - 1873) . "Matrimonio". Óleo sobre lienzo. Medidas: 40 x 60 cm; 47 x 66 cm (marco). En esta obra se nos ofrece una escena historicista en la que se representa un matrimonio. No se sabe cuál es realmente el objeto de esta escena pero, sabemos que tiene un tratamiento perteneciente, claramente, al Círculo del pintor Eduardo Rosales. La escena representa a una novia acompañada de sus familiares en el interior de una iglesia, que podemos identificar por su arquitectura. Nacido en el seno de una familia humilde, Eduardo Rosales se formó en el nazarenismo que entonces dominaba la Academia de Bellas Artes de Madrid, donde ingresó en 1851 y fue alumno de Federico de Madrazo. Gracias a amigos y colegas, entre los que se encontraban los pintores Palmaroli y Álvarez Catalá, Rosales viajó a Italia por sus propios medios en 1857 en compañía de éstos. Durante el viaje visitó Burdeos y Nîmes, donde quedó impresionado por las pinturas históricas de Léon Cogniet y Paul Delaroche. En Roma sobrevivió a duras penas hasta que finalmente obtuvo una pensión del gobierno en 1860, que le permitió realizar sus primeras obras importantes. Tras su primer gran triunfo en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1864, permaneció algún tiempo en Madrid, donde pintó varios retratos, tanto familiares como de encargo. En 1865 viajó a París con Martín Rico y Raimundo de Madrazo, y volvió allí dos años después. Sin embargo, estos años de su vida los pasó principalmente en Roma, donde trabajó intensamente antes de regresar a España en 1868 tras su matrimonio. Durante este periodo recibió importantes encargos aristocráticos, religiosos y gubernamentales, aunque también se interesó por los tipos y paisajes durante sus estancias en Panticosa y Murcia. Hacia el final de su vida, tras un controvertido éxito en la Exposición Nacional de 1871, fue propuesto como primer director de la recién fundada Academia Española en Roma en 1873, cargo que no llegó a ocupar al morir. Figura destacada de la pintura española del siglo XIX, sus primeras obras revelan un estilo personal que tiende a una monumentalidad historicista, pero a la vez sintética, todavía con gamas frías, en la órbita del purismo romántico. Su estilo de madurez se forja a través de una interpretación personal de los mitos pictóricos de su tiempo, dentro de un academicismo internacional aunque dominado por Velázquez, hasta alcanzar una autonomía plástica completamente moderna. Aunque trabajó el retrato, la pintura religiosa, la pintura de tipos populares, etc., su carrera artística estuvo fuertemente determinada por su éxito en las exposiciones oficiales nacionales e internacionales de pintura de historia. Así, en la Exposición Nacional de 1864 obtuvo la primera medalla por "Doña Isabel la Católica dictando su testamento", uno de los cuadros más importantes del género en España, lienzo que también fue premiado en la Exposición Universal de París de 1867, donde se le concedió la Legión de Honor. Volvió a ganar el mismo premio en 1871 por "Muerte de Lucrecia", una obra audaz de pinceladas inconexas y ejecución vibrante. Rosales está ampliamente representado en el Museo del Prado, así como en otras importantes pinacotecas y en importantes colecciones privadas.

Escuela historicista española, segunda mitad del siglo XIX. Círculo de EDUARDO ROSALES (Madrid, 1836 - 1873) . "Matrimonio". Óleo sobre lienzo. Medidas: 40 x 60 cm; 47 x 66 cm (marco). En esta obra se nos ofrece una escena historicista en la que se representa un matrimonio. No se sabe cuál es realmente el objeto de esta escena pero, sabemos que tiene un tratamiento perteneciente, claramente, al Círculo del pintor Eduardo Rosales. La escena representa a una novia acompañada de sus familiares en el interior de una iglesia, que podemos identificar por su arquitectura. Nacido en el seno de una familia humilde, Eduardo Rosales se formó en el nazarenismo que entonces dominaba la Academia de Bellas Artes de Madrid, donde ingresó en 1851 y fue alumno de Federico de Madrazo. Gracias a amigos y colegas, entre los que se encontraban los pintores Palmaroli y Álvarez Catalá, Rosales viajó a Italia por sus propios medios en 1857 en compañía de éstos. Durante el viaje visitó Burdeos y Nîmes, donde quedó impresionado por las pinturas históricas de Léon Cogniet y Paul Delaroche. En Roma sobrevivió a duras penas hasta que finalmente obtuvo una pensión del gobierno en 1860, que le permitió realizar sus primeras obras importantes. Tras su primer gran triunfo en la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1864, permaneció algún tiempo en Madrid, donde pintó varios retratos, tanto familiares como de encargo. En 1865 viajó a París con Martín Rico y Raimundo de Madrazo, y volvió allí dos años después. Sin embargo, estos años de su vida los pasó principalmente en Roma, donde trabajó intensamente antes de regresar a España en 1868 tras su matrimonio. Durante este periodo recibió importantes encargos aristocráticos, religiosos y gubernamentales, aunque también se interesó por los tipos y paisajes durante sus estancias en Panticosa y Murcia. Hacia el final de su vida, tras un controvertido éxito en la Exposición Nacional de 1871, fue propuesto como primer director de la recién fundada Academia Española en Roma en 1873, cargo que no llegó a ocupar al morir. Figura destacada de la pintura española del siglo XIX, sus primeras obras revelan un estilo personal que tiende a una monumentalidad historicista, pero a la vez sintética, todavía con gamas frías, en la órbita del purismo romántico. Su estilo de madurez se forja a través de una interpretación personal de los mitos pictóricos de su tiempo, dentro de un academicismo internacional aunque dominado por Velázquez, hasta alcanzar una autonomía plástica completamente moderna. Aunque trabajó el retrato, la pintura religiosa, la pintura de tipos populares, etc., su carrera artística estuvo fuertemente determinada por su éxito en las exposiciones oficiales nacionales e internacionales de pintura de historia. Así, en la Exposición Nacional de 1864 obtuvo la primera medalla por "Doña Isabel la Católica dictando su testamento", uno de los cuadros más importantes del género en España, lienzo que también fue premiado en la Exposición Universal de París de 1867, donde se le concedió la Legión de Honor. Volvió a ganar el mismo premio en 1871 por "Muerte de Lucrecia", una obra audaz de pinceladas inconexas y ejecución vibrante. Rosales está ampliamente representado en el Museo del Prado, así como en otras importantes pinacotecas y en importantes colecciones privadas.

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